Desarrollar un sistema de producción agrícola eficiente basado en los principios básicos de la siembra directa y la rotación de cultivos no es sencillo y más aún cuando se habla de planteamientos en suelos arenosos.

 

El productor Manfred Martens, socio de la Cooperativa Volendam, cuya unidad de producción se encuentra en Choré, departamento de San Pedro, comentó que cuando empezó la época de la siembra directa le dijeron que era prioritario aumentar la cobertura orgánica en el suelo. “Desde hace cinco o seis años atrás estoy implementando el sistema Santa Fe, que es maíz con Ruziziensis en zafriña o el sistema de Ruziziensis soltera para mejorar la cobertura del suelo”, indicó.

 

Expresó que emplea este sistema porque requiere de mucha cobertura para mejorar el ambiente para la siembra de soja. Agregó que la temperatura normalmente es mucho más elevada en suelos arenosos, además de perderse rápidamente la humedad, por lo se necesita bastante cobertura para mitigar estas situaciones.

 

“En la última campaña yo tenía casi el 100 % de maíz con Ruziziensis y una parte soltera. La Ruziziencis tiene raíces muy agresivas y recién una vez germinada demanda una lluvia para penetrar en forma profunda en el suelo. Este manejo posibilita que luego la soja pueda expandir sus raíces por esos canales creados por la Ruziziensis”, agregó.

 

Destacó que en los casos de suelos semicompactados, el uso de la Ruziziencis ayuda bastante también porque si hay muchas plantas por hectáreas, permite la descompactación del terreno. “Uno ve después por las raíces de la soja que tienen menos problemas de penetración”, añadió.

 

Además de contribuir en el manejo del suelo con el sistema Santa Fe, aplicando este esquema se logró tener un control eficiente de las malezas. “En la última campaña no usé ningún producto para control de malezas de hoja ancha y tampoco usé el paraquat porque no había malezas, solamente tenía un mayor gasto para el control de Ruziziensis con el glifosato y el cletodim. Volví a plantar maíz con Ruziziensis, pero como llovió menos no germinó bien la Ruziziensis porque tiene muchas raíces que uno no ve y por abajo hay muchas cosas que también ayudan a mejorar el suelo”, acotó.

 

Manfred comentó que la Ruziziensis soltera deseca normalmente dependiendo del pronóstico porque si cae una helada, luego ya es difícil de desecar. Acotó que, generalmente, deseca entre junio y julio para que luego cubra el suelo. “Es una cobertura inmensa y en el sistema Santa Fe no es tan fácil porque a veces la cosecha se atrasa y como este año se atrasó la siembra, entonces hay veces que llegan heladas que golpean la Ruziziensis y ahí se tiene que esperar que vuelva a brotar para desecar”, explicó.

 

Equilibrio del suelo
Destacó que muchos productores tienen un serio problema con el kapi´i pororó (Digitaria insularis) y con la buva (Conyza spp), pero aclaró que no es su caso. “Yo tengo un costo más alto porque, por ejemplo, planto la Ruziziensis y no tengo ningún retorno, pero hay que ser bien serios en este análisis porque al año la Ruziziensis no te brinda resultados, pero una parcela bien plantada te sirve para más de un año al tener mucha cobertura que después se va a convertir en materia orgánica. Ahora, si reduzco el uso de herbicidas, mi punto de equilibrio ronda 1200 a 1500 kg de soja”, indicó.

 

Expresó que los rindes alcanzados en la actualidad son asombrosos. Este proceso descansa sobre dos factores que son el mejoramiento del suelo y las variedades que tienen mayor potencial de rendimiento con la plataforma Intacta, que son más productivas que las convencionales, si las condiciones son buenas.

 

“Mejoramos bastante la productividad porque a veces se tenía soja que en 14 días ya empezaba a tener síntomas por falta de agua, pero hoy se tiene soja con 20 días de sequía que está bien todavía, si tenés buena cobertura”, resaltó.

 

En cuanto a variedades sembradas, comentó que empezaron con la M6410 IPRO, que se destaca por su estabilidad. “Si el clima viene bien, rinde demasiado y si no, igualmente aguanta mucho. Me gusta mucho la variedad M6410 IPRO”, destacó.

 

Por otra parte, mencionó que hace cinco años siembra la variedad M5947 IPRO, que es muy productiva y si el clima no acompaña, igual produce. “Es impresionante cómo se manifiesta en el campo”, enfatizó.

 

Finalmente, mencionó que en la última campaña utilizó la M5705 IPRO, que es la variedad precoz de Monsoy, posicionada para apertura de siembra y se destaca por su alto techo productivo.

 

[Material publicado en el segmento Agricultura Productiva de la edición Nº 80 de junio de Revista Productiva, páginas 16 y 17]
[Foto icon-camera : Revista Productiva]