El cultivo de girasol viene recuperando superficie dentro de la agricultura paraguaya y se convertido para el productor en una alternativa de rotación y de seguridad a la hora de cosechar, afirmó en Nación Productiva el Ing. Agr. Constantino Bellenzier, gerente de Marketing de UPL Paraguay. Subrayó que la firma viene trabajando con dos híbridos que poseen alto tenor de aceite, que los acopiadores reconocen con bonificación, y son decumbentes, una característica que hace que la flor gire hacia abajo para protegerse de los daños climáticos y de las aves. Agregó que trabajan para registrar 10 materiales más para el país.
Durante el agroclásico de los domingos, ocasión en la que se habló del Girasol en el Chaco: una alternativa de rotación y renta, Bellenzier destacó que desde la firma no solamente están mirando el cultivo principal, que es la soja, sino otros para ir ofreciéndoles alternativas a los productores. “UPL hace cuestión de cinco años adquirió Semillas Advanta, una empresa multinacional con más de 50 centros de investigación, representación y filiales en todo el mundo. UPL al adquirir Advanta incorpora la parte genética y estamos hablando de 80 cultivos”, acotó.
En ese contexto, señaló que semillas Advanta ya está hace más de 10 años en Paraguay con genética de girasol y sorgo. “En lo que es la semilla de girasol, UPL tomó la posta de materiales de girasol, en este caso estamos avanzando con dos híbridos que vamos desarrollando a nivel país”, afirmó.
Explicó que esta va a ser la tercera campaña que trabajan con los híbridos distribuidos a nivel país en las diferentes regiones productivas y en las distintas épocas de siembra, como alternativas para el productor que busca rotación y seguridad a la hora de cosechar. “El girasol es un cultivo que se desarrolló muchísimo en el país, después fue bajando su superficie y ahora estamos recuperando otra vez; hoy estamos trabajando con dos híbridos de características bastante buenas: el 5310 y el 5505”, aseguró.
Los híbridos de girasol se adaptan a diferentes regiones y fechas de siembra en Paraguay, y se destacan por su alto contenido de aceite. Esto es clave, ya que el valor del girasol depende del rendimiento y del contenido de aceite. “Generalmente, ponen un tope de 36 % de aceite y si tu girasol tiene 37 %, te pagan un por ciento de bonificación como rendimiento, incluso con las condiciones climáticas adversas del año pasado, tuvimos materiales con 43 %, 44 % de contenido de aceite, muy por encima de la media”, acotó.
Destacó que otra característica de estos materiales es que son decumbentes, ya que a medida que entra el periodo de cosecha la flor gira hacia abajo. “Por un lado, para proteger de los daños adversos que puedan causar las lluvias y también las aves, que son los enemigos más complicados de controlar en el cultivo de girasol, una diferencia que se da respecto a otros materiales”, remarcó.
En cuanto a posicionamiento, dijo que para el Chaco lo ideal es sembrar entre agosto y septiembre, inclusive un poco antes de que empiece la zafra chaqueña, pero recordó que también hay productores que han sembrado en diciembre y enero y tuvieron muy buenos resultados. Agregó que la genética de girasol muestra una versatilidad importante, ya que puede sembrarse prácticamente durante todo el año y la única condición es la disponibilidad de agua.
En lo que se refiere a plagas y enfermedades que atacan al girasol, dijo que el número es muy bajo. “Más aún estas genéticas, que son tolerantes y resistentes a muchas de las enfermedades comunes. Los insectos de suelos pueden aparecer en la época de germinación o siembra, pero se logra un buen control con tratamiento de semillas”, expresó.
El profesional indicó que un punto para tener en cuenta con el cultivo de girasol es la restricción con algunos herbicidas que se utilizan en culturas previas, ya sea una atrazina o diclosulam, que se utilizan en desecación anterior. “Eso sí nos da una restricción, en algunos casos, de 90 a 180 días; si queremos sembrar en una parcela de maíz donde aplicamos atrazina, tengamos en cuenta que necesitamos mínimo 90 días para volver a sembrar. De la misma manera, cuando hablamos de diclosulam, estamos hablando de 180 días; son situaciones particulares propias de la genética de todos los girasoles”, manifestó.
El profesional enfatizó que cuando entraron en el negocio del girasol se trabajó para encontrar una respuesta a todos los requerimientos. “Si bien ahora son dos materiales, tenemos 10 híbridos más para registrar en el país y muchos más en estado de investigación”, destacó.
Asimismo, mencionó que se establecieron canales de comercialización para que el productor tenga éxito en su manejo y también en comercialización. “Hoy tenemos acuerdo y convenios con ciertos canales que aseguran la compra de esa producción. Buscamos cerrar el circuito y dar esa tranquilidad para dar al productor», concluyó.
[Foto : cultivos de girasol en el Chaco / Archivo / Gentileza GASA]