El Ing. Agr. Lenard Dyck, jefe de Producción Vegetal del Departamento de Asistencia Técnica de la Cooperativa Fernheim, cuya superficie agrícola es de 50 000 hectáreas, mencionó a Productiva que la alta humedad en el ambiente tendrá incidencia negativa en la producción y calidad del sésamo, algodón y sorgo por el escenario propicio para la aparición de enfermedades y la falta de piso para la aplicación de los fitosanitarios. En contrapartida, resaltó que los cultivos de soja y maíz están aprovechando las precipitaciones que se registraron desde el final de febrero, y, además, hay una muy buena proyección para el maní.

 

Dyck señaló que la intención de siembra del algodón era de 5000 hectáreas, pero no se pudo llegar al objetivo, debido a las condiciones climáticas, por lo que quedó en 3000 hectáreas. Precisó que, actualmente, el cultivo está presentando algunas complicaciones por la retención de cápsulas, porque al aumentar la humedad relativa, los capullos se pudren y caen. “Entonces, depende de los capullos que quedan en las posiciones más arribas y retrasa el ciclo del cultivo”, mencionó y agregó que algunas plagas no se pueden controlar por la alta humedad y la falta de piso para las aplicaciones de los fitosanitarios.

 

La humedad también está afectando el cultivo de sésamo, que se encuentra en su fase final, e incluso hay parcelas que ya se desecaron o que se cortaron para trillar a la espera de que las plantas se sequen en piso. Además, el profesional resaltó que la alta humedad permite el rápido desarrollo de enfermedades fúngicas y bacterianas que no hay forma de parar. “En sésamo vamos a hablar de una pérdida de producción e incidencia en la calidad y la posibilidad de no poder cosechar toda el área”, añadió.

 

Dyck resaltó que, probablemente, la mayor incidencia del clima húmedo se tenga sobre estos dos cultivos, el sésamo y el algodón.

 

Por otra parte, acotó que el cultivo de maíz, en su mayoría, está en la etapa de floración, aunque hay parcelas más avanzadas ya con mazorcas, pues la siembra se distribuyó desde el inicio hasta el final de febrero e incluso marzo. Señaló que la intención de siembra era de 2500 hectáreas, pero puede ser que haya aumentado el área por el mejor posicionamiento del precio, hasta llegar a 3000 o más hectáreas, explicó.

 

En cuanto a la soja, dijo que presenta un buen desarrollo. “Prácticamente, en plena floración y cargado de granos, también algunas parcelas más tempraneras y otras más tardías, siembra de marzo”, remarcó.

 

Por último, enfatizó que el maní es un cultivo muy importante, ya que la cooperativa cuenta con una industria que acopia la producción de las tres colonias.

 

“A partir de la próxima semana estaríamos en condiciones de arrancar; hasta ahora la humedad no le afectó mucho, pero si sigue así, podría debilitarlo también justamente por las enfermedades fúngicas, pero se mantienen las expectativas de buen rendimiento, buena calidad y buenos números económicos también”, resaltó.

 

El cultivo del maní en el Chaco central ocupa una superficie de 5000 hectáreas entre las tres cooperativas Fernheim, Chortitzer y Neuland. “En ese sentido, trabajamos juntos porque existe una sola fábrica que acopia”, expresó y agregó que solo los socios de la Cooperativa Fernheim están produciendo entre 3900 y 4000 hectáreas.

 

El profesional comentó que al inicio de la campaña la intención de siembra en el radio de acción de la cooperativa era de 60 000 hectáreas, pero, finalmente, se pudo sembrar 50 000 hectáreas, en las cuales predomina el sésamo, pues abarca 20 000 hectáreas, mientras que la soja quedó en el segundo lugar con un poco más de 15 000 hectáreas. Además, fueron implantados maní, algodón, maíz, sorgo y cultivos de cobertura.

 

Mencionó que muchos productores, por la falta de humedad en la época de siembra, ya que enero y febrero fueron prácticamente secos, decidieron cambiar a cultivos de otoño-invierno o coberturas, por lo que disminuyó la superficie agrícola del plan inicial.

 

“Al inicio no fue fácil, hubo poca humedad, entonces el desarrollo inicial se vio afectado por las condiciones climáticas, además de la incidencia de insectos chupadores y ciertos lepidópteros. Desde final de febrero hasta ahora (abril) vino un clima diferente con lluvias y se desarrollaron muy bien los cultivos”, precisó.

 

[Foto: Ing. Agr. Lenard Dyck, jefe de Producción Vegetal del Departamento de Asistencia Técnica de la Cooperativa Fernheim / Gentileza]