La reducción de los costos de alimentación animal es uno de los objetivos de la implementación del sistema agrícola-ganadero. En este sentido, el Ing. Agr. Facundo Llano, directivo de Ganadera El Fogón S.A., ubicada en Caazapá, compartió su experiencia en Nación Productiva sobre la importancia de esta integración en medio de un contexto de baja cotización del maíz.

 

Llano mencionó a Nación Productiva que analizando el precio del maíz, la firma logró cuadriplicar actualmente el margen de ganancia al convertir el grano en kilos de carne, lo cual resalta la importancia de la integración de la agricultura con la ganadería.

 

Indicó que la planificación sobre el precio de venta o comercialización fue de USD 200/tn; no obstante, la posibilidad de producir el maíz para alimentar el ganado resulta económicamente mucho más beneficioso y el margen de ganancia prácticamente se cuadruplica si se lo convierte en kilogramos de carne. “En vez de salir a comprarlo con ese precio, se da de comer por un valor de USD 100 a 150, ahí está la diferencia”, puntualizó.

 

Precisó que el rendimiento de cosecha de maíz planta entera es de 36 toneladas, lo que para la empresa significa un costo-beneficio superior para alimentar a los animales, ya que el punto de equilibrio tiene que ser de 25 toneladas.

 

“Si hacés la relación de 8 kg por un kilo de carne y maíces de 8000 kg, estás hablando de 1000 kg de carne por hectárea que estás haciendo. Al valor de carne de hoy y con la diferencia del costo de producción vas a tener ciertos indirectos en estructura para dar de comer, pero estarías USD 400 contra USD 100”, ejemplificó.

 

Llano, en la ocasión, instó a los productores a que sigan apostando por la integración agrícola-pecuaria, considerando que en años difíciles la ganadería pagó las cuentas de la agricultura.

 

Entrezafra de maíz. Sobre el comportamiento de la campaña de maíz zafriña 2023, el directivo de Ganadera El Fogón S.A. añadió que el atraso en la siembra del cultivo a causa de la cosecha tardía de la soja por condiciones climáticas llevó a instalar el cereal fuera de su ventana ideal, por ende, derivó en una adecuación de la planificación y en una reducción de 30 % de la superficie de este año.

 

Por las necesidades de consumo de maíz para el confinamiento, explicó que el 35 % de la producción va para silaje de planta entera y el resto a grano comercial. Estimó que el punto de indiferencia en la zafriña está en 4500 kg.

 

El ingeniero destacó que la empresa planifica cada año 1700 hectáreas de maíz zafra y zafriña para cubrir la necesidad de volumen. “Mientras podamos tener nuestro volumen de necesidad a año, se va a quedar en esa superficie, así que si se da la fecha de siembra y los precios de mercado, se podría llegar a 2000 hectáreas”, acotó.

 

Por último, Llano resaltó que los desafíos de la empresa se centran en la digitalización del esquema productivo y la necesidad de trabajar en los aspectos organizacionales al pulir las funciones de los miembros de la firma.