Gerson Weber es nuestro protagonista en esta edición de Revista Productiva. Tuvo una vida sacrificada desde muy pequeño junto a su familia y pasó por varios cambios. La partida temprana de su padre le obligó a tomar decisiones importantes, pese a su juventud. En esta ocasión habla de todo el proceso que tuvo que experimentar para convertirse en un productor referente en la región de Yatytay, Itapúa.

 

¿Cómo fue tu niñez? ¿Cómo llegaste a Paraguay?

De chico me acuerdo que con 5 años de edad nosotros nos cambiamos del sur de Brasil y ahí nos fuimos a vivir a 60 km de Foz de Yguazú. Mi papá salió de una zona muy pedregosa en el sur donde la sequía fundía todo, éramos muy pobres y mi papá tenía un poco de conocimiento y sabía que acá hacia la zona oeste las tierras eran más productivas.

 

Mi papá vino y la gente lo llamó loco. Él sabía que iba a progresar, consiguió comprar un sitio, después con eso cambió por un terreno de 20 hectáreas y empezamos a cultivar.

 

¿A qué edad comenzaste a trabajar con tu padre?

Ya de chico, a los 7 u 8 años, ayudábamos en el campo a limpiar la mandioca y a cuidar a los animales. Mi papá trabajaba mucho, después consiguió comprar un tractor y de ahí empezó a cultivar. Nosotros cuidábamos a los animales y a partir del quinto grado ya pasé a estudiar de noche para trabajar de día con mi familia.

 

Con el tiempo mi papá tuvo una visión de que la agricultura se iba a desarrollar mucho. Sacó un crédito, compró un tractor Valmet 86 y empezamos a trabajar mucho en la chacra.

 

La tierra era chica, solo teníamos 5 hectáreas de cultivos, ahí empezamos la producción de cerdos y fuimos hacia adelante. Después compramos un poco más de tierra, y ahí ya estaba muy saturado el tema de maquinarias entonces vino la oferta de cambiar el terreno por uno de Paraguay.

 

¿Por qué eligieron Paraguay?

Mi papá siempre traía gente acá a visitar. A él le encantaba Paraguay. Decía que la tierra es muy linda y la gente amigable.

 

Vinimos hacia el sur, en Raúl Peña. Al final compramos y empezamos a cultivar en Yatytay. Había bastante monte, caminos muy difíciles de transitar y no había luz eléctrica en aquel tiempo. Eso era en 1989.

 

“Había bastante monte, caminos muy difíciles de transitar y no había luz eléctrica en aquel tiempo”

¿Cómo fue el inicio en la producción agrícola?

Empezamos a cultivar soja manualmente y en 1990 vino una lluvia muy grande que pudrió la soja.

Ahí mi papá quebrantado tuvo un infarto en un galpón y murió. Fue difícil nuestra historia.

 

Teníamos un poco de cuentas en el Banco Nacional de Fomento y ahí frenamos todas las inversiones que había y peleamos dos a tres años para pagar los préstamos. Fuimos destroncando manualmente, pero daba gusto, vos destroncabas y plantabas soja, y salía como yuyo.

 

Con el tiempo fuimos mecanizando en lo que mejoró la situación. Empezamos a destroncar un poco lo que sobraba y fuimos agrandando la chacra gracias a Dios.

 

¿Qué más recordás de esa época?

Yo tenía mi novia antes de venir de Brasil, pero no tenía una relación tan firme y como acá al principio todo era muy difícil, no podía traer a una chica.

 

Después afirmé mi relación y ahí me casé en el año 1991. Un año después que falleció mi papá ya necesitaba demasiado de una compañera y por suerte ella aceptó y de ahí empezamos a desarrollar una familia.

 

Sin ella, mi brazo derecho, no íbamos a ser lo que somos hoy. Tuvimos una hija en 1994 y otra en 2002.

 

Tenemos dos hijas adultas ya todas formadas en la facultad. La menor ahora está haciendo intercambio en Ecuador y la otra está trabajando en un silo en la parte financiera.

 

“Sin ella, mi brazo derecho, no íbamos a ser lo que somos hoy. Tuvimos una hija en 1994 y otra en 2002”

¿Cómo afrontaste la pérdida de tu padre?

Fue un cambio total del día para la noche y fue algo muy duro, pero como tenía una buena formación familiar tomé el brazo derecho y dije acá voy a asumir la parte de mi papá y vamos adelante.

 

Pude superar todo porque tengo una sangre de luchador. Yo me considero un luchador, un tipo bendecido realmente porque superé muchas cosas y no es fácil perder a un papá, además que él tenía solo 52 años.

 

Mi papá fue el timón realmente porque él era una persona muy luchadora, que empezó de la nada.

 

“Yo me considero un luchador, un tipo bendecido realmente porque superé muchas cosas y no es fácil perder a un papá, además que él tenía solo 52 años”

¿Cuáles son los momentos alegres que recordás?

La parte alegre seguro que es el casamiento con mi señora y cuando me casé ella me apoyó mucho en todo. Cuando una pareja trabaja se logran cosas.

 

Es muy guapa ella y mis hijas también salieron así porque tuvieron buena educación.

 

¿Cuáles son los sueños que querés todavía realizar?

Yo ya me siento muy realizado con lo que tengo hoy en día, pero siempre uno tiene sueños. Quiero ver si se puede invertir algo en el Chaco y también enseñar a la gente más humilde de agricultura.

 

Yo acá traigo muchos vecinos, les muestro cómo hacer porque acá la gente tiene poca formación y la parte técnica del Estado es muy deficitaria. Y para la gente es un poco difícil también aceptar las tecnologías que hay en el campo, además hoy hay mucha información.

 

Nosotros somos muy solidarios, siempre estamos arreglando caminos para toda la comunidad. Tenemos lindos caminos, pero acá somos mal asistidos por nuestro intendente.

 

Mensaje Final

Nosotros tenemos mucha trayectoria y experiencia, tengo una familia maravillosa que me apoya en todo. También agradezco a todo el equipo de trabajo que tengo, que es buenísimo.

 

Quiero invitarle a la gente a que venga al campo a conocer lo que es la realidad. La gente de la ciudad a veces pone un mensaje en sus redes sociales y no sabe lo que pasa en el campo.

 

Vine a Paraguay con 22 años, hoy ya tengo 58 y soy más paraguayo que brasilero.

 

Quiero agradecer a Paraguay, que me recibió en esta tierra maravillosa y que tiene todo para progresar. Debemos tener mucha convicción de que Paraguay va a seguir adelante, yo soy uno de los que empuja el carro del país.

 

Paraguay es un país chico, pero somos muy grandes. Tenemos muchas oportunidades.

 

FICHA PERSONAL

Gerson Weber es un productor de Yatytay, departamento de Itapúa. Nació en el sur de Brasil y desde los 5 años de edad vivió en Foz de Iguazú. Junto a su familia trabajó la tierra desde muy joven.

 

En 1989 llegó a Paraguay, en donde comenzó una extraordinaria historia de vida. Muy temprano tuvo que tomar las decisiones en la unidad de producción, debido a la prematura partida de su padre.

 

Hoy trabaja con su familia, incorpora tecnología y genera oportunidades laborales para sus vecinos. Gerson se siente agradecido con Paraguay, porque le recibió y le permitió desarrollarse.

 

[Material publicado en el segmento Entrevista de la edición Nº 112 de febrero de Revista Productiva, páginas 12 y 13]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]