Por David González
Este año 2017 probablemente la carne paraguaya ocupe un 63 % de participación en el mercado chileno; es decir, nuestro país proveería unas 85 mil toneladas de las 135 mil toneladas que tiene proyectada importar el país trasandino durante esta temporada.
Si miramos en forma retrospectiva, este 2017 sería el mejor año para los envíos de la proteína roja nacional a este destino, cuando solo se analiza el volumen exportable; sin embargo, los precios siguen una curva bajista que ni siquiera se dieron, en pleno evento aftósico y pos aftósico, un suceso que muchos no queremos recordar.
A setiembre, Paraguay exportó a este mercado unas 71 817 toneladas de carne por valor de USD 324 634 089, que representa un promedio de venta de USD 4 520, conforme los datos estadísticos del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), aunque aún falta consolidar los datos de este último trimestre del 2017.
El 2016 tuvo un dinamismo importante con una salida de 80 039 973 toneladas de carne con destino al país de la cordillera de Los Andes, que redituó un valor de USD 350 285 386. Esto promedió una cotización de USD 4 376 la tonelada. El comportamiento de este año que, sin contabilizar las cifras de 2017 es récord en materia de envíos a Chile, sustenta el título de este trabajo periodístico, porque aquí se registró el mayor volumen de envíos, pero así también el valor más pobre recibido por nuestra carne en los últimos 7 años en la principal plaza que cuenta el país en la actualidad.
En el 2015, Paraguay exportó a Chile 66 152 013 toneladas, por un valor total de USD 318 866 344, que significó un valor de venta media de USD 4 829 la tonelada.
Más atrás, en el 2014, la carne se valorizó a USD 5 420 en el mercado chileno, producto de un volumen de envíos de 49 956 786 que generó un ingreso de divisas de USD 271 221 241.
El año 2013, es considerado el de la recuperación luego de aquel fatídico foco de fiebre aftosa en el 2011, que cerró todos los mercados a la carne paraguaya. Pero en esa temporada, luego de una campaña de promoción en Santiago de Chile, la proteína roja tuvo un volumen de participación de 21 310 toneladas que redituó USD 127 720 618, cifra que respaldó un promedio un precio de USD 5 993 la tonelada.
El 2012, prácticamente pasó desapercibido, porque las fuerzas estaban concentradas en recuperar el estatus sanitario y recomponer el tablero de mercados perdidos tras la fiebre aftosa. Pero si bien apenas tenemos 190,1 toneladas enviadas en ese año al mercado chileno, que generó un ingreso de USD 713,2 mil, es destacable que el precio promedio obtenido fue el mejor en estos 8 años de análisis expuesto. El valor de venta fue de USD 6 534 la tonelada, cifra que cualquier exportador hoy anhela tener hoy en día para acompañar al volumen considerable que exporta nuestro país al país trasandino.
En el 2011, año del foco de aftosa, se exportaron 46 661 465 toneladas de carne bovina, por un valor total de USD 283 602 835, que dejó en promedio una cotización de USD 6 077 la tonelada. Vale la pena recordar que ese año se dio un dinamismo importante hasta la declaración del brote de fiebre aftosa.
El 2010 tuvo un comportamiento positivo en donde se tuvo una salida importante con 72 415 311 toneladas, por un valor total de USD 383 682 254, cifra récord en materia de ingreso de divisas. El promedio de venta alcanzado en aquella temporada fue de USD 5 298 la tonelada.
Cuesta entender este comportamiento del mercado chileno, porque en la medida que avanzamos, el precio está estancado a niveles bajos a muy bajos, pese a que la carne paraguaya goza de un estatus sanitario sólido y que ha demostrado suficiente calidad para competir con cualquier otro proveedor del mundo.
Varias consultas surgen en base a esta situación que debemos responderlas para obtener mayor ventaja en este mercado que sigue siendo el principal destino de la carne paraguaya, pero que aparentemente no tiene el mismo reconocimiento por nuestro producto en relación a los competidores en este destino, como Brasil, Argentina, Uruguay, principalmente, además de Australia y Estados Unidos, en menor medida.

¿Somos considerados en este mercado proveedores de carne en cantidad y de bajo precio? ¿Hace falta promoción y marketing para mejorar los niveles de precio de nuestra carne? ¿Es necesario negociar nuevos acuerdos con Chile en torno a la carne?
Estas son apenas algunas preguntas que surgen, pero lo concreto es que debemos buscar mejorar el reconocimiento de nuestra carne, para que toda la cadena se beneficie de estos volúmenes importantes de envíos.
Estamos estancados en Chile, pero el objetivo debe seguir la línea de manejar nuevas plazas e ingresar con programas de promoción agresivos para despertar el interés del consumidor en aquellos mercados, de tal forma, a diversificar nuestros envíos, con el fin de aprovechar mejor este recurso de calidad que somos capaces de ofrecer al mundo.