El Ing. Agr. Antonio Tischler, productor del departamento de Itapuá, indicó al programa Nación Productiva que ya inició la siembra de soja correspondiente a la campaña 2022/2023, aprovechando las buenas condiciones de humedad. Pese a los pronósticos climáticos no tan alentadores y a la difícil zafriña de maíz que se registró este año en el sur del país, que no cumplió las expectativas tanto en calidad como en rentabilidad, aseguró que encara la nueva zafra con mucha fe y esperanza.

 

Luego de malos resultados alcanzados en campañas anteriores y la probabilidad de un tercer episodio de La Niña, Tischler insistió en que hay que seguir trabajando en el desarrollo agrícola dentro de la región. “Sí bien debemos mirar las proyecciones climáticas, no podemos encerrarnos en los pronósticos, tenemos que seguir trabajando y tener fe en que este año va a ser bueno”, enfatizó.

 

El ingeniero dijo al programa Nación Productiva, emitido los domingos a las 20:00 en canal PRO, que por primera vez en tres años agosto se presentó con un óptimo nivel de humedad para iniciar la desecación con miras al cultivo de soja. “Para mí fue un agosto atípico, pero excelente para las aplicaciones”, destacó.

 

Asimismo, resaltó que hace diez años tiene la costumbre de iniciar su plan de siembra a finales de agosto. Además, a medida que los lotes están limpios se van eligiendo las variedades de mejor resistencia a estrés hídrico y Macrophomina, de manera a comenzar con la implantación de la oleaginosa, añadió.

 

Por otra parte, explicó que a pesar del aumento del precio del combustible y los fertilizantes su costo de producción no aumentó significativamente, ya que optó por efectuar compras anticipadas de insumos.

 

En cuanto al punto de equilibrio, mencionó que estaría entre 1500 y 1700 kg/hectárea en campos propios de la familia. “Si acompaña el precio de la soja en Chicago, entre USD 500, va alivianar ese punto de equilibrio”, concluyó.

 

El agricultor recordó que la campaña de soja 21/22 fue duramente golpeada por la condición de sequía. Acotó que únicamente la soja cultivada entre agosto y setiembre del año pasado alcanzó buenos niveles.

 

Indicó que la sequía también repercutió en la producción de maíz zafriña 2022 debido a una siembra más tardía, ya que no pudo iniciar entre enero y febrero, lo cual generó una merma de los rindes, pero lo que más impactó fue la mala calidad de los granos debido a las enfermedades. Posteriormente, a finales de mayo de este año, las heladas y las numerosas lluvias registradas en la zona productiva afectaron casi el 90 % de los maíces durante la etapa de floración.

 

[Foto icon-camera : cuenta de Twitter del Ing. Agr. Antonio Tischler (@Antonios670)]