El trigo paraguayo se caracteriza por su excelente calidad, producto de varios factores que influyen durante todo su desarrollo, desde la espigazón hasta la madurez. En esa etapa el productor debe darle a su cultivo el mejor manejo y cuidado, para que se conserve sano y fuerte y así pueda expresar su máximo potencial. Aquí algunos consejos de la Asesoría Agrícola de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).

 

De acuerdo con el material técnico de la Capeco, el rendimiento del trigo se determina por medio de tres componentes importantes: el número de espigas, granos por espiga y el peso de grano y el clima es un factor crítico durante esta fase.

 

La sequía, por ejemplo, puede causar la muerte de espigas y/o reduce su tamaño y, por otra parte, afecta el llenado de granos. El calor causa la muerte de las flores (menos granos por espiga), lo que termina afectando el llenado normal. En tanto que la helada afecta no solo a las flores, sino a los granos ya formados o que se encuentran en distintas fases del llenado.

 

Por último, las lluvias prolongadas de 48 horas o más crean las condiciones ideales para las enfermedades de la espiga (piricularia o brusone y fusariosis de la espiga) y el brotado de granos antes de la cosecha.

 

Respecto a la humedad prolongada, el material explica que esto también afecta la calidad del cultivo, pues se produce el lavado de granos, baja el PH y la proteína, además del falling, y se generan los granos brotados.

 

Por otro lado, la Capeco resalta que para alcanzar un alto rendimiento en el trigo las temperaturas nocturnas son claves. Al respecto, menciona que en un estudio controlado en Argentina se observó que las temperaturas nocturnas mayores (entre 11 a 17 °C hasta la floración y entre 14 y 22 °C durante el llenado de grano) aceleraron el desarrollo del cultivo.

 

En cuanto a enfermedades, el material de la Asesoría Agrícola de la Capeco, explica que la piricularia o brusone y fusariosis (Magnaporthe oryzae) o giberela (Fusarium graminearum) son males de la espiga que requieren de la humedad continua y prolongada por más de 48 horas. El régimen de temperatura ideal para la infección de fusariosis es entre 15 y 30 °C y para piricularia de 20 a 30 °C.

 

Si el pronóstico climático es favorable para su infección, estas enfermedades deben ser controladas químicamente”, puntualiza el reporte del gremio.

 

En cuanto a los daños en cultivos susceptibles, se destaca que en condiciones severas la brusone puede causar un daño total. En tanto, las pérdidas causadas por fusariosis de la espiga varían entre un 10 y 25 % del rendimiento.

 

La fusariosis, además, posee un efecto negativo en el cultivo del trigo, ya que reduce la calidad del grano e introduce la toxina DON, la cual es rechazada en el mercado.

 

Finalmente, la Asesoría Agrícola de la Capeco recomienda tener cuidado con el uso de fungicidas que contengan estrobirulinas para controlar fusariosis. “Los fungicidas que contienen estrobirulinas son eficientes para el control de enfermedades foliares, pero para fusariosis de la espiga tienden a aumentar el nivel de la toxina DON en el grano”, resalta el informe.