El Ing. Agr. Carlos Soler, director comercial de Granar, mencionó a Productiva que se logró una excelente implantación y germinación de canola en un área de 700 hectáreas en la zona de Pelícano, departamento de Boquerón, y que, además, hay otras áreas de siembra en Tte. Montanía y en parcelas de la Cooperativa Neuland, por lo que se puede llegar a 2000 hectáreas de superficie en la región Occidental. Enfatizó que hasta parece una utopía el posicionamiento de un cultivo de zonas y países fríos en el Chaco paraguayo. Agregó que la genética paraguaya de adaptación subtropical del cultivar Yellow Sea, el correcto manejo del productor y el clima están posibilitando un excelente desarrollo y una muy buena proyección del cultivo.

 

Soler destacó que la firma está trabajando desde el año 2020 en el Chaco no solamente con la soja, sino también con la canola, un cultivo de invierno. Aparte de acompañarles a los productores, también están realizando investigaciones y evaluaciones con los profesionales de la Fundación Ideagro. “A raíz de estos cuatro años que estamos trabajando en el Chaco, hemos tenido diferentes condiciones, pero en esta campaña se está apreciando un muy buen desarrollo”, manifestó.

 

Enfatizó que cuando se combina una genética adaptada con un manejo adecuado se pueden lograr resultados auspiciosos. “Es el caso de este productor, se puede apreciar que tiene una cobertura excelente, entonces la implantación parece zona núcleo, realmente está muy bien encaminado el cultivo”, resaltó.

 

Comentó que en conjunto con los técnicos de la unidad productiva decidieron realizar una siembra temprana, teniendo en cuenta la irregularidad de las lluvias en el Chaco. “Tuvimos una siembra bien temprana, con un éxito en la primera etapa del cultivo, que en canola es fundamental, en canola tenés dos etapas muy críticas: la implantación y la cosecha, y estamos logrando éxito en la primera etapa”, remarcó.

 

El profesional explicó que desde la empresa están dándole un seguimiento muy especial con proyecciones interesantes para el cultivo, ya que el productor aplicó un manejo adecuado por medio del cual el cultivar con la genética adaptada puede expresar su potencial productivo.

 

“En este caso, un cultivar Yellow Sea, un cultivar de desarrollo nacional, adaptado a las zonas subtropicales que está dando muchas expectativas y se lo está observando mucho. A tal punto hemos exportado esta genética de canola a Brasil, Argentina y Uruguay, a Brasil, sobre todo, un país con climas similares a Paraguay”, destacó.

 

Resaltó que un productor que apostó muy fuerte por la canola va a hacer cerca de 700 hectáreas, donde se realizó una primera siembra al comienzo de abril, otra a mediados de abril y una última hace pocos días, que recibió una fuerte lluvia de 60 mm y está emergiendo actualmente. “Estamos muy bien encaminados porque hay un muy buen manejo de parte del productor, una genética paraguaya de adaptación subtropical y también el clima está acompañando, son tres factores, manejo, genética y clima”, enfatizó.

 

Soler mencionó la importancia de realizar una siembra escalonada, teniendo en cuenta que el Chaco tiene un clima desafiante para la agricultura, además de contar con el asesoramiento de profesionales de la zona. “Hace cuatro años que venimos trabajando y estamos paso a paso, donde podemos lograr cosas muy importantes con un cultivo invernal que parece una utopía que esté en nuestro Chaco la canola, cultivo que se siembra en Canadá, en Alemania y en zonas frías”, acotó.

 

El planteamiento para el cultivo de invierno fue generar cobertura durante el verano, dentro de un esquema de rotación donde el productor apostó por una porción de su superficie agrícola en este cultivo de invierno. “El señor es de origen alemán y tiene un especial cariño a la canola, sabemos que es un cultivo que en Alemania tiene un rendimiento que traducido a Paraguay parece maíz; en Alemania el cultivo rinde entre 5000 y 6000 kilos, una cosa extraordinaria, pero no se da en esta región, ni siquiera en Argentina ni en Uruguay, los rindes de Alemania, Canadá, Australia son únicos”, explicó.

 

Mencionó que en la zona de Tte. Montanía también hay otro productor que cada año siembra alrededor de 700 hectáreas. “El año pasado tuvo dos situaciones: una bastante buena con cerca de 1000 kilos por hectárea, pero así también otras parcelas que no llegaron ni a los 300 kilos. Tenemos expectativa de que realizando coberturas los resultados van a ser parejos”, expresó.

 

Recalcó que en el Chaco actualmente se está sembrando en la zona de Pelícano, Tte. Montanía, además de algunas parcelas con la cooperativa Neuland. “Estaríamos en esta campaña entre 1500 a 2000 hectáreas”, acotó y agregó que se va abriendo camino un nuevo cultivo en la región.

 

Finalmente, el profesional resaltó que si el clima sigue acompañando, se puede pasar los 1000 kilos por hectárea. “En este caso puntual, con el manejo del productor, podemos pasar muy bien”, concluyó.

 

[Foto: canola emergida en el Chaco / Gentileza]