El Ing. Agr. Gustavo Ruíz Rodríguez, director de la Estancia Palo Haya, unidad productiva ubicada en el departamento de Concepción, mencionó en Nación Productiva que la combinación de factores, como manejo, nutrición, sanidad y una evaluación, es muy importante para lograr los objetivos propuestos con las vaquillas en el programa reproductivo. Comentó que en esta categoría con la IATF están logrando un 48 % de preñez y con el repaso de toros llegan a 95 % de efectividad dentro del establecimiento. Agregó la importancia de crecer en vientres eficientes y productivos, ya que el clima es imprevisible y la industria tiene sus propios intereses, por lo que el productor debe estar preparado para el peor escenario y aprovechar al máximo los buenos momentos.
Durante el agroclásico de los domingos, ocasión en la que hablamos de “Ganadería eficiente: reproducción, programación fetal, nutrición equilibrada y recría de vaquillas”, el profesional destacó que la primera intervención empieza un poco antes de la recría, con la hembra al pie de la madre, momento en el cual se realiza una selección de acuerdo con el desarrollo que presenta la ternera, a la que se le otorga una calificación del 1 al 3. Las vaquillas superiores se encuadran dentro de la nota 1, mientras que las terneras de nota 3, generalmente, se destinan a la venta, a no ser que se tenga una necesidad de introducir mayores hembras al rodeo de cría. “Generalmente, se quedan las de notas 1 y 2, y ahí ya viene la suplementación al destete”, explicó.
Una vez destetadas, las hembras se someten a una suplementación, lo que el productor denomina balanceado de amansamiento, dentro de un proceso de adaptación y manejo con alambrado eléctrico, maquinaria y el personal de campo. Posteriormente, pasan a un proteico energético y en el invierno se les brinda, principalmente, fibra, y luego pasan a un proteico de un gramo con el cual se quedan hasta terminar el primer periodo de servicio, es decir, hasta el retiro de toros.
Enfatizó que antes del primer servicio se realizan las evaluaciones, por medio de una preselección por tacto y las que están en un nivel óptimo van a la IATF. “A las que les falta un poco de desarrollo se les espera un poco más, pero la idea siempre es meter el 100 % de las vaquillas”, remarcó.
El profesional mencionó que en los últimos años los resultados variaron porque las condiciones climáticas incidieron en el trabajo y resaltó que el año antepasado se registró una preñez general de 89 %. “Luego, un pequeño tropezón en ese porcentaje por tratar de vender terneros más pesados, la vaca sufría y el porcentaje general bajó a 81 % el año pasado, un 8 % de merma, creo que lo que más influyó en eso fue la condición corporal de la vaca por haber destetado tarde los terneros, corregimos eso desde el año pasado”, resaltó.
Destacó que este año va a mejorar el porcentaje. “Todavía no tenemos un diagnóstico general de preñez, pero en vaquillas en IATF estamos en 48 % y con repaso de toros llegando un poquito arriba de los 95 %”, aseguró.
Explicó que las vaquillas se están inseminando en un promedio de 20 a 22 meses, pero apuntan a servicios de 12 a 14 a meses. Resaltó que en los últimos años la principal diferencia se vio en la eficiencia del hato. “Teniendo un hato con buena fertilidad y con capacidad de producción pudimos aguantar esta sequía tan severa y la producción no se vio tan afectada por el factor clima, creo que la vaca es el animal más noble y si por dentro viene con un desarrollo con un nivel de selección sufre menos los cambios climáticos y, por ende, se ve menos afectada la parte económica”, afirmó.
Enfatizó que la combinación de factores que van de la mano, como manejo, sanidad y nutrición, es muy importante para lograr los objetivos propuestos. “Mientras seamos eficientes en los tres puntos, se acompañan, y si hay una deficiencia en uno de los tres, los otros dos factores sufren, con esos tres pilares viene la genética de por medio”, subrayó.
Ruíz apuntó que el objetivo de la empresa es trabajar en el programa de creep feeding para servir a las hembras a la edad de 12 a 14 meses. Además de realizar el ciclo completo, atendiendo la mejora importante del precio del ganado terminado, ya que actualmente los terneros machos se venden como desmamantes en su totalidad y para retenerlos se requiere una reserva forrajera, lo que implica un desafío importante en el departamento de concepción.
Enfatizó, por último, la importancia de crecer en vientres eficientes y productivos, ya que el clima es imprevisible y la industria tiene sus propios intereses. “Nosotros tenemos que estar preparados siempre para el peor escenario y en los buenos escenarios para aprovecharlos al máximo”, concluyó.
[Foto: vaquilla brangus con ternero al pie / Gentileza Brangus Paraguay]