La Ing. Agr. Regiane Cristina de Oliveira, profesora de la Universidad Estadual Paulista (UNESP), en conversación con Productiva, dentro del marco de la cuarta edición del TecnoDay, evento organizado por Caltech, el pasado 23 noviembre en Yguazú, destacó la utilización de Telenomus podisi como método de control biológico de chinches en parcelas de soja, mediante el proceso de oviposición de estas avispitas parasitoides sobre los huevos de la plaga que ataca el cultivo de la oleaginosa, con lo cual se corta su ciclo reproductivo.
La especialista destacó que su misión durante el evento fue hablar sobre el manejo de chinches por medio de un control biológico un poco diferente, con la disponibilidad de una nueva tecnología, que se trata de una pequeña avispa llamada Telenomus podisi, que se puede liberar en los campos de producción de soja donde hay población de chinches. Al ser liberadas, los insectos buscan las plantas hospederas, luego llegan a los huevos de las chinches, realizar la oviposición sobre ellos, los parasitan y así logran cortar el ciclo reproductivo de la plaga.
“Con este proceso no tenemos una nueva chinche, pero sí vamos a tener una nueva avispita, que va a procurar parasitar un nuevo huevo de chinche, manteniendo baja la población de chinches, y por ende no se registra daño en la producción de la soja, se trata de un control biológico utilizando avispas”, remarcó.
La profesora señala que se trata de un insecto que se colecta en la naturaleza, que tiene presencia en el agroecosistema, pero no en la cantidad suficiente para realizar el control.
“Entonces, las empresas como Vivus, que cuenta con la producción a gran escala de estos parasitoides, cuenta con toda la tecnología para liberarlos en el campo, pues realizan la producción de estas avispitas en biofábrica, en laboratorio de producción”, explicó.
Vivus es la empresa que trae esta tecnología desde Brasil, mediante una alianza con Caltech, que se encargará de realizar el servicio de monitoreo y la liberación del producto. Desde la empresa señalan que este año ya se está realizando la liberación en parcelas comerciales de clientes estratégicos y la expectativa es llegar a 10 000 hectáreas en esta campaña. El costo de la tecnología ronda alrededor de USD 20 por hectárea.
La profesional destacó que el proceso de la liberación está estudiado y registrado, y la recomendación es de 7000 hembras por hectárea, con una distribución que depende del método de aplicación, ya que cuando es por drone se realiza un mapa de liberación, mientras que en las áreas menores se puede hacer con otros equipamientos, como motos.
“Lo importante es tener el monitoreo de las chinches y liberar las avispas sobre el área, si es necesario, en el momento adecuado”, recalcó.
Explicó que dentro del programa establecido, basado en estudios científicos, se hace el monitoreo del cultivo donde se tiene la intención de liberar el parasitoide y acotó que con la llegada de las primeras chinches adultas, que se van a reproducir colocando los huevos, ya se recomienda la liberación.
“Nosotros tenemos experiencia en un primer momento en bordadura, ya que la plaga viene de afuera para dentro y de allí optimizamos el recurso; después de cada 10 días se pueden hacer nuevas liberaciones para mantener la población baja, en un nivel para no causar daño económico”, aseguró.
Recomendó que lo ideal es monitorear el cultivo en la parte final de la fase vegetativa y realizar el manejo de los huevos en las primeras colocaciones, en la fase inicial de desarrollo de la plaga, a fin de cortar el ciclo reproductivo de la chinche.
Comentó que en Brasil hay muchas hectáreas tratadas de forma comercial con esta tecnología, cuyos resultados muestran la efectividad del manejo mediante esta estrategia, ya que se puede bajar la población de las chinches antes de su infestación. Enfatizó que actualmente hay pocos activos químicos para manejar la plaga y con las herramientas biológicas se genera un nuevo método para controlarla. Señaló que la empresa Vivus, donde trabaja la profesora, tiene una proyección de expansión de áreas tratadas para los próximos años.
Finalmente, recordó que el control biológico ya no es una promesa, es una realidad, y que en Paraguay hay varios ejemplos.
Telenomus podisi es un macrobiológico, una avispa que es una herramienta biológica más para manejar la población de chinches, una plaga de difícil control, para que el productor pueda mejorar su productividad.
[Foto: Ing. Agr. Regiane Cristina de Oliveira, profesora de la Universidad Estadual Paulista (UNESP) / Productiva C&M]