Si bien Alto Paraná es una de las tres regiones conocidas por su gran cultura triguera en Paraguay, en los últimos cinco años el área de influencia de la Cooperativa Pindó ha reducido la superficie de siembra de este rubro en un 50 %. El Ing. Agr. Cleiton Schmitz, asesor técnico de la institución, comentó a Nación Productiva que la campaña 2022 del cereal cerró con 20 000 hectáreas cultivadas.

 

La buena adaptación de los suelos de Alto Paraná para el cultivo de trigo siempre fue una característica fundamental para que los asesorados de la Cooperativa Pindó opten por sembrar este rubro. Sin embargo, en los últimos cinco años se ha observado una cierto abandono de los productores debido al panorama poco alentador de mercado y condiciones ambientales.

 

En conversación con Nación Productiva, programa emitido los domingos a las 20:00 en canal PRO, el asesor técnico de la Cooperativa Pindó señaló que de acuerdo con los registros, en el área de influencia de la cooperativa se llegó a sobrepasar las 40 000 hectáreas; no obstante, la última campaña culminó con la siembra de 20 000 hectáreas, es decir, una merma de 50 %, en comparación con los últimos cinco años.

 

Acotó que la siembra de trigo en Alto Paraná se caracterizaba por un buen desarrollo debido a que la zona productiva es apta para la implantación del cultivo. Indicó que hoy en día se van sembrando únicamente en aquellos lotes con mejores condiciones y también se busca evitar el impacto de las heladas.

 

Schmitz puntualizó que este rubro sirve como un cultivo adicional y una alternativa de diversificación productiva para el agricultor. “Es una cultura que sí o sí tiene que estar presente para nuestro sistema de producción”, enfatizó.

 

Asimismo, subrayó que el trigo sirve como un respaldo financiero para los productores, especialmente en el escenario actual, donde muchos se vieron afectados con grandes pérdidas en la zafra pasada de soja tras la severa sequía. A diferencia de otros cultivos de cobertura, dijo que el trigo sigue siendo una opción de rentabilidad para el agricultor.

 

Campaña 2022. Sobre la última campaña, dijo que la estrategia fue apuntar a diferentes golpes de siembra (abril, mayo y junio). La primera parte de la siembra arrancó el 25 de abril con el uso de variedades de ciclo largo, el 15 de mayo inició la segunda y fue donde se concentró el grueso de la implantación, en tanto que la labor se extendió hasta el 10 junio con la utilización de materiales precoces.