El Instituto de Tecnología Agracia (IPTA) considera que el uso de maíz genéticamente modificado no perjudica al maíz nativo, ya que ambos tienen épocas diferentes de siembra, dijo el Ing. Agr. Orlando Noldin a Nación Productiva, al explicar la postura de la institución respecto al proyecto de ley que busca prohibir el maíz GM en el país para “proteger” las variedades locales.

 

En Nación Productiva, espacio periodístico emitido los domingos a las 20:00 en canal PRO, el Ing. Agr. Orlando Noldin, responsable del Programa de Mejoramiento Genético de Maíz del IPTA, mencionó que la institución elaboró un informe con algunas consideraciones respecto al proyecto de ley presentado y en el 2009 por el senador del Frente Guasu Sixto Pereira “De protección y preservación de las variedades locales de maíz”, y que ahora se reflota.

 

Noldin resaltó que, teniendo en cuenta que el IPTA también trabaja con maíces nativos, el objetivo principal de la institución es preservar estas variedades a lo largo del tiempo. En ese sentido, mencionó que junto a algunos investigadores del área expusieron varias consideraciones y una de ellas es que los maíces GM no interfieren en el ciclo de los maíces locales porque ambos poseen épocas de siembra totalmente diferentes, por lo que no existe un efecto comprometedor.

 

“En algunas zonas el maíz nativo se siembra desde junio, pero la mayoría se hace fines de julio, durante agosto e inicios de setiembre, mientras que los maíces tanto híbridos, transgénicos o no, se siembran en su gran mayoría (casi 95 %) en enero y febrero, entonces, es muy difícil que haya una contaminación masiva y por ende, se pierdan los genes de maíces nativos y criollos que tenemos en el país”, puntualizó el entrevistado.

 

Durante el debate propuesto por Nación Productiva sobre el “Impacto del maíz GM en la ciencia, la producción, la economía y el ambiente”, Noldin indicó que las autoridades del IPTA ya remitieron el informe al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para su posterior presentación al Senado.

 

Respecto a si existen las condiciones para prohibir el uso del maíz GM en el país, el profesional aseguró que es muy difícil que eso suceda porque desde el 2012 o 2013 ya se viene vendiendo en gran cantidad este cultivo, especialmente por sus ventajas en términos de productividad, tolerancia a herbicidas o insecticidas, entre otros aspectos relevantes.

 

Noldin explicó que Paraguay cuenta con un banco de germoplasmas de variedades nativas y criollas de maíz, que anteriormente se encontraba en Capitán Miranda, Itapúa, pero que por problemas en la distribución de energía eléctrica en la zona (se utilizan equipos de mucha precisión para mantener a cierta temperatura las semillas), se enviaron copias de los materiales a México, Estados Unidos, Brasil y Noruega, y cuando nuestro país las solicita, son enviadas.

 

En un hipotético escenario en el que solo se permita la siembra de variedades nativas en el país, el profesional enfatizó que el IPTA no tendría la capacidad para distribuir esos materiales “porque no tenemos las condiciones para producir semillas a gran escala y estos maíces, aunque son muy rústicos en el campo, tampoco son muy productivos y el comercio hoy en día se maneja en base a la productividad”, refirió.

 

Al respecto, resaltó que están trabajando en un proyecto con Chile, Argentina y Uruguay para tener un Centro de Oferta Varietal, cuyo objetivo es tener un mercado de oferta de variedades nativas a gran escala.

 

Por último, precisó: “Para la gente preocupada por los maíces nativos, existe una gran cantidad de productores que siguen manteniendo sus maíces nativos de muy buena forma, teniendo las condiciones de aislamiento, tiempo y espacio”.