A pesar de la gran pérdida de semillas durante los últimos dos años a causa de las condiciones climáticas adversas, el objetivo de este año es lograr la liberación de dos a tres variedades de trigo en Paraguay con características de precocidad y mejor adaptación para incorporarlas al sistema nacional de rotación de cultivos. Asimismo, está avanzando el desarrollo de genética con resistencia al calor, sequía y enfermedades de la espiga, señaló a Nación Productiva el Dr. Mohan Kolhi, líder del Programa Nacional de Investigación de Trigo.

 

Para este año se espera liberar nuevos materiales mejor adaptados a las necesidades del productor paraguayo y se logre así una producción local de calidad, es decir, que sean precoces y quepan dentro del sistema de rotación, a fin de que sean cosechadas antes de la fecha óptima del cultivo siguiente, que es la soja. “Lo que sí va a salir en el mercado son el Itapúa 105 e Itapúa 110, que ya le dimos a los semilleros este año, y para el próximo año veremos qué podemos liberar”, adelantó el Dr. Kolhi.

 

El destacado profesional explicó a Nación Productiva que el objetivo del proyecto es abaratar el costo de producción del trigo mediante la incorporación de resistencia genética en las variedades. Comentó que son cinco a seis los materiales que están en proceso de lanzamiento comercial; no obstante, acotó que una limitación es la pérdida de las semillas por condiciones climáticas durante los últimos dos años.

 

Si bien en gran medida las variedades nacionales tienen resistencia genética a la roya, oídio, manchas foliares y al brusone, el líder del Programa Nacional de Investigación de Trigo mencionó que se está trabajando en introducir materiales resistentes a enfermedades de la espiga, así como a la sequía y al calor. Con este trabajo también se busca mantener la calidad del cereal nacional, destacó.

 

El Programa Nacional de Investigación de Trigo es una iniciativa público-privada desarrollada por la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) y el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA).