Alto Paraguay está sufriendo la peor inundación de los últimos 60 años, que deja caminos intransitables, genera mortandad de animales y un enorme perjuicio a la producción, mencionó a Productiva el ganadero Rafael Ayala, propietario de la Estancia San Salvador, ubicada en la zona de Toro Pampa, un establecimiento que antes de cumplirse un año de haber sido alcanzado por el fuego, ahora está enfrenta otra fuerza de la naturaleza: el agua. Comentó que en siete días se registraron lluvias acumuladas de 830 mm, lo que provocó que la infraestructura del lugar, como la casa y el corral, quedaran bajo agua con la consecuente pérdida de más 30 desmamantes y otros animales adultos. Acotó que incluso hay ganaderos que están en peores condiciones.
Primero fue la sequía, luego el fuego y ahora las lluvias. El departamento de Alto Paraguay enfrenta así los extremos de la naturaleza. Ayala señaló a Productiva que en siete días cayeron 830 mm de lluvias. “Arrebató todo, en este momento mi casa está bajo agua, lastimosamente; no tengo pista de aviación, mi corral está totalmente bajo agua, es un mar prácticamente el Chaco”, lamentó.
El productor expresó que el departamento de Alto Paraguay está sufriendo una de las peores inundaciones de los últimos 60 años. “Mi papá compró esa propiedad en 1942, desde que me siento, en 60 años nunca vi una inundación así como esta, impresionante y está estacionada, y el tiempo continúa amenazante”, recalcó.
Ayala mencionó que el perjuicio ya es bastante considerable, pues hay mortandad de animales, principalmente en la categoría menor. “Los animales están subiendo en algunas alturitas de los tajamares, se registran mortandad por víboras, los desmamantes no aguantan, los cebuinos, principalmente, no se quieren tirar al agua, no se quieren ir, se quedan ahí, y hay muchas pérdidas”, lamentó.
Comentó que en su caso particular ya perdió más de 30 desmamantes y unas cuantas vacas adultas. “El perjuicio es tremendo y no soy el único, hay otros productores que están peores que yo. Lastimosamente, estamos pasando por un mal momento, primero la sequía, después el fuego, ahora el agua”, añadió.
Ayala, que fue presidente de la Asociación de Caminos de Alto Paraguay durante siete años, dijo que conoce muy bien los desafíos que representa trabajar en esta región del país y que actualmente los caminos están llenos de agua con puentes y sistemas alcantarillados destrozados, y que en algunas zonas la profundidad del agua alcanza 1.5 metros. “La ruta que va desde la Bioceánica hasta Bahía Negra vos te podés ir tranquilamente con una deslizadora, está un desastre con muchos cortes, más todavía esa ruta que va de norte a sur y el agua tiene que ir de oeste a este”, explicó.
Agregó que los frigoríficos también están sufriendo la consecuencia, ya que no sale prácticamente ninguna carga del Chaco. Recordó que Alto Paraguay tiene una población bovina de 1.8 millones de cabezas y que aporta el 30 % en la exportación de carne.
Como factor positivo mencionó que el río Paraguay no está tan grande y estira bastante rápido el agua, pero que debe bajar desde unos 300 km, prácticamente desde la zona de Tte. Montanía, y agregó que la estimación es que dentro de un mes se pueda recuperar entre un 20 y 30 % de los potreros, si no vuelve a llover.
Expresó que al personal de campo se le está asistiendo en avioneta, pero que ahora mismo casi no hay pistas disponibles. “Muchos llegan hasta la bioceánica y desde allí con tractores y acoplados, pero cada vez está peor el camino con puentes que fueron arrastrados y tubos de alcantarillado que se rompieron, desde Toro Pampa a Bahía Negra ya es imposible”, aseguró.
Cabe destacar que la Estancia San Salvador se encuentra a 60 km de la ruta Bioceánica, a 35 kilómetros de Toro Pampa y 110 km de Fuerte Olimpo. En setiembre del año pasado fue alcanzada por el fuego, que quemó unas 150 000 hectáreas en este departamento, y el campo del establecimiento fue afectado en un 80 %, con 18 km de alambrados y cuatro puentes quemados, con pérdidas que oscilan los G 300 millones, según el productor. Antes de cumplirse un año del ataque voraz del fuego, el establecimiento está enfrentando otra fuerza de la naturaleza, esta vez el agua.
[Foto: condición de los animales dentro de la Estancia El Salvador / Gentileza Rafael Ayala]