El Chaco sigue presentando grandes desafíos en esta campaña 2023/24 que está a punto de arrancar y las proyecciones de área de siembra estiman una expansión de la agricultura tecnificada sobre 324 744 hectáreas, que representaría un salto de prácticamente 80 000 hectáreas más, comparativamente a la zafra pasada, según el informe de proyección de área de siembra de la Asociación de Productores Agropecuarios para un Chaco Sustentable (APACS).

 

El gran empuje de la agricultura en el Chaco se sustenta en la soja, que llegaría a las 139 476 hectáreas, que representa un ascenso pronunciado del 97,26 %.

 

Luego, el otro rubro con una gran participación en área de siembra es el maíz, pero la proyección de la APACS menciona una retracción en el orden del 10 %. De igual manera, tendría 57 583 hectáreas, mientras que en la campaña anterior se habían sembrado 64 276 hectáreas.

 

Un poco más atrás, pero siguiendo su curva ascendente, se posiciona el algodón, que registraría un área de siembra de 54 671 hectáreas, que representa 10,7 % más que la campaña pasada, cuando se sembraron 49 357. Este rubro se presentaba con un mayor potencial de expansión en esta campaña; sin embargo, debido a la poca disponibilidad de cosechadoras y la demora en el proceso de desmote y, por ende, en la liquidación de los haberes de los productores, redujeron la intención de siembra de cara a esta campaña. A pesar de esto es el rubro que sigue mostrando con un panorama alentador en cuanto a soportar de mejor manera los periodos de estrés hídrico, característicos en suelo chaqueño.

 

El sésamo, un rubro altamente requerido en el mundo, ha encontrado también en el Chaco una alternativa para su expansión. En esta campaña se prevé un área de 33 993 hectáreas, que significa un aumento de 10,47 % en relación con la zafra pasada, en la que se sembraron 26 900 hectáreas.

 

Otros rubros como el sorgo, con 16 348 hectáreas; poroto, con 256 hectáreas; maní, con 4626 hectáreas; chía, con 786 hectáreas; cártamo, con 5506 hectáreas, y arroz, con 11 500 hectáreas, contribuyen con la concreción de una expectativa de siembra de 324 000 hectáreas para la campaña que se avecina.

 

Este gran universo de rubros sembrados demuestra la diversificación productiva que se persigue en el Chaco. A esto, obviamente, es necesario incorporar al sistema la producción de carne y leche, rubros tradicionales de la zona, que les permiten a los productores mitigar riesgos.