La actividad agrícola demanda conocimiento y tecnología para alcanzar altos niveles de productividad y con ello mejorar la rentabilidad del negocio, pero, en un primer paso, el inicio de una unidad de producción genera mucha incertidumbre e incluso temor a la hora de emprender; sin embargo, a fuerza de inversiones y mucho coraje, los productores de arroz siguen apostando por regiones que anteriormente no pasaban de ser terrenos sin actividad agrícola o con una ganadería tradicional de baja carga animal.
En Productiva presentamos el enorme trabajo desarrollado en la localidad de Villa Oliva, departamento de Ñeembucú, en donde en el 2014 comenzó a forjarse el camino de uno de los más importantes proyectos agroindustriales de arroz, de la mano de Villa Oliva Rice.
En una visita realizada a este establecimiento, el gerente de la compañía Caio Melo recordó que cuando llegaron a este campo existían varios desafíos para poder producir arroz y desarrollar la región como un área agrícola productiva.
“Encontramos muchos desafíos por el camino y varios años después estamos con una superficie de 8500 hectáreas de cultivo y cada año contamos con mejor producción. Desde el principio pasamos por desafíos con los cambios que hicimos y creo que trajimos mucho desarrollo a la región de Villa Oliva”, explicó.
Inicialmente, estos campos eran esteros y no tenían caminos ni infraestructura. El trabajo arrancó desde cero con todo un equipo nuevo que demandó capacitación y conocimiento, con el fin de aplicarlos en este emprendimiento.
Melo dijo que Villa Oliva Rice S.A. desarrolla todos los pasos hasta llegar a la mesa de los consumidores. “Procuramos hacer todas las etapas desde la siembra hasta el último proceso del arroz blanco para que vaya a la mesa de los usuarios”, resaltó.
Campaña. Este año, Villa Oliva Rice -así como todos los productores de la región- pasó por una gran dificultad ante la bajante histórica del río. “Creo que nunca se registró una baja tan grande como esta”, acotó.
Mencionó que esta situación demandó un gran trabajo en la organización de las parcelas para que no falte agua en el ciclo de producción del arroz.
Dijo que la empresa posee una superficie cultivada de 8500 hectáreas. Las primeras siembras arrancaron en agosto del 2020, cuando sembraron 5000 hectáreas sin un normal caudal de agua. Recién a finales de setiembre, con las primeras precipitaciones, comenzó a germinar el cultivo.
Pese a todos los inconvenientes presentados por la falta de agua en prácticamente todo el ciclo del cultivo, en esta unidad de producción el promedio de rendimiento fue de 8300 kg de arroz seco y limpio por hectárea.
Manejo de agua. Villa Oliva Rice tiene un proyecto de reciclaje de agua para trabajar con reservorios, con el fin de que no falte agua en las parcelas. “El agua que pasa por las parcelas retorna otra vez en forma de bombeo mecánico y de esa forma podemos cubrir toda la necesidad del establecimiento”, refirió el gerente.
En cuanto a la fertilización, en esta unidad emplean 100 kg de potasio y 120 kg de fosfato monoamónico (MAP) y en algunas parcelas, 220 kg de urea. Melo acotó que este manejo varía con relación a años anteriores, sobre todo en cuanto al nitrógeno, ya que incide en la altura de la planta. Explicó que como la superficie es muy plana, un manejo desbalanceado del agua puede generar en algunas áreas problemas de vuelco una vez que la planta crezca. “Afortunadamente, no es el caso de este año porque la planta tuvo un porte medio y buenos rendimientos”, explicó.
Expresó que realizaron la aplicación de nitrógeno con base en la altura de la planta y la cantidad varía de 180 a 220 kg de este nutriente en tres aplicaciones: una terrestre y otras dos aéreas.
La presión de malezas viene aumentando, pero en esta compañía se utilizan los materiales Clearfield, aunque también existen variedades comunes que son manejadas con control manual y sistema de piola, guantes, esponja y glifosato. “El manejo de Clearfield compensa el costo, dependiendo de la cantidad y del arroz colorado, pero es fundamental realizar el manejo de verano para la limpieza de las parcelas”, precisó.
Soja. En la zafra 2019/20 la empresa desarrolló una primera experiencia de siembra de soja sobre 800 hectáreas, mediante una rotación de cultivos de modo a que se puedan limpiar las parcelas de arroz colorado. Añadió que el arroz cultivado sobre siembras anteriores de soja presentó una gran diferencia, en comparación con las otras parcelas que no fueron sembradas con la oleaginosa.
“Vamos a ir rotando, pero por la topografía del campo es muy difícil entrar con el cultivo de soja porque es una planta de secano y nosotros tenemos prácticamente esteros. Es un desafío muy grande, pero tenemos la tecnología para producir soja en campos bajos y el drenaje de siembra por surco es un sistema que trajimos del Brasil para fabricar en el taller un implemento que hace surcos de 70 cm y encima se siembra la soja, lo que facilita el drenaje”, manifestó.
Destacó que en el primer año de la siembra de soja la experiencia fue positiva, ya que se cubrió el costo de producción y hubo un reducido margen, aunque el beneficio mayor fue la limpieza de las parcelas del arroz colorado.
Cosecha. El trabajo de cosecha fue agotador, debido a las condiciones climáticas. Melo comentó que gracias a la gran capacidad de cosecha lograron concluir una zafra exitosa. Describió que cuentan con diez cosechadoras New Holland CR 980, cuatro cosechadoras CLAAS y dos New Holland TC 5090, que utilizan de forma tercerizada.
Expresó que en promedio cosechaban 2 millones de kilos por día. Explicó que en las parcelas que se iban cosechando, se incorporaba paja para que no se activara el banco de semillas y así se limpiaran las áreas de arroz colorado. Allí se utilizó el rolo cuchilla para luego hacer el drenaje, de modo a que en los 30 días posteriores, cuando empiece a germinar la semilla, se sume el disco en ese campo. “Esperamos hacer como mínimo de dos a tres manejos antes de la siembra de la próxima campaña”, manifestó.
Indicó que en Villa Oliva Rice existe el interés de incorporar la parte pecuaria.
En la zona del norte de Ñeembucú hay más de 100 000 hectáreas de campo con disponibilidad de agua para la producción de arroz. “Se escucha que este año mucha gente de Misiones va a migrar aquí por la potencia del río y una vez que se tenga una estructura bien armada no faltará agua para producir”, añadió Melo.
El plan de la empresa es llegar a 12 000 y 13 000 hectáreas de siembra de arroz para los próximos años. Una vez que se logre ese crecimiento es necesario contar con una estructura de secado para la exportación.
La empresa cuenta con más de 150 colaboradores, entre operadores para la siembra, el riego, la cosecha, secado, descascarado y pulido, que participan de todo el proceso hasta que el paquete de arroz de muy buena calidad llegue a la mesa de los consumidores.
Gestión. Marcos Santos, CEO de Villa Oliva Rice S.A., comentó a Productiva que después del impacto negativo a causa de la sequía histórica, se destaca la capacidad de gestión y manejo adecuado de las técnicas. Añadió que la cosecha fue buena, así como la calidad del arroz, lo que es un buen ejemplo de la función que una empresa puede tener en cuanto a generación de empleo y renta que mueve toda la economía del país.
Resaltó que con un emprendimiento de esta magnitud se mueve bastante dinero y se generan muchísimas oportunidades de alrededor de 150 empleos, desde proveedores, trabajadores directos e indirectos, lo cual es sumamente importante para toda la comunidad y cambia la perspectiva de la gente. Además, destacó que la compañía hace una muy importante contribución en el área social.
Santos comentó que el objetivo para los siguientes años es crecer con mucha responsabilidad porque un negocio de este tamaño hay que manejarlo con cuidado. “Es como un niño que debes acompañarle y darle atención. El plan es ampliar el área de siembra y aumentar la capacidad de la industria”, precisó.
Indicó que Villa Oliva Rice tiene una fortaleza muy interesante que es tener la posibilidad de producir y procesar su propio arroz, tomando los cuidados necesarios para alcanzar la calidad del producto y así llegar a otros mercados del mundo, llevando la marca Villa Oliva Rice y el nombre de Paraguay en alto.
Mercados. En cuanto a los destinos, Santos destacó que se proyectan para los mercados de Sudamérica. Agregó que si bien Brasil es un comprador muy importante para todos, el objetivo es establecer planes estratégicos para la diversificación de destinos y clientes. “Tenemos oportunidades también por Europa y algunos países del Medio Oriente y queremos avanzar y diversificar para llevar arroz de calidad a la gente”, acotó.
Un factor clave de esta actividad es tener un microambiente controlado con la calidad que se le brinda al tratamiento del agua; por lo tanto, es nulo el impacto ejercido sobre la naturaleza e incluso forma parte del producto, ya que hoy ya no se puede avanzar negociaciones en los mercados internacionales, si no se tiene esa calidad y sello del cuidado de la naturaleza. “No es solamente una cuestión técnica, sino que es una preocupación de la gente y los mercados, porque nadie va a querer comprar productos de una empresa que no se preocupa por la naturaleza y en Villa Oliva Rice eso es una preocupación central”, indicó.
Santos, por último, realizó un reconocimiento a todos los productores de arroz del país, porque pese a las dificultades que encontró desde que llegó a Paraguay en el 2015, se ha avanzado en la producción de arroz. “Saludo a todos los compañeros y proveedores que nos ayudan y un reconocimiento a todos los arroceros del Paraguay porque son verdaderos héroes”, expresó.
Agroindustria. Por su parte, el Lic. Raúl Enciso, director financiero de Villa Oliva Rice S.A., resaltó que este es un proyecto agroindustrial que en este momento es el más importante de Paraguay. “Son casi 9000 hectáreas de producción de arroz que están generando un rendimiento de un arroz limpio y seco de casi 8 toneladas por hectárea, es decir, más de 70 000 toneladas de arroz por cada zafra. En materia de procesamiento industrial, tenemos que secar y almacenar toda esa cantidad de arroz y para ello hemos desarrollado una industria que implicó una inversión de casi USD 10 millones en toda la infraestructura industrial”, explicó.
Esta infraestructura industrial permite tener una capacidad de 2000 toneladas por día tanto de secado y almacenamiento, como en el proceso de molienda y de conversión, de una materia prima a un producto industrializado de arroz blanco de 20 toneladas por hora, con lo cual se tiene una muy buena llegada a mercados internacionales.
“Estamos ingresando a mercados exigentes como el chileno, el europeo y el centroamericano, donde ya tuvimos un primer embarque este año. Vamos conquistando esos mercados gracias a la capacidad, la infraestructura y la calidad que tenemos del producto”, subrayó.
Enciso comentó que Villa Oliva Rice posee 18 000 hectáreas, de las cuales se han desarrollado 11 100, y de estas, 8500 hectáreas se cubrieron de arroz en esta campaña. Agregó que el deseo es alcanzar 15 000 hectáreas y así potenciar la empresa, de manera a ser la más importante productora de arroz de Paraguay.
“Tenemos una infraestructura industrial que nos va a permitir darle el apoyo a todos los próximos ingenios arroceros que van a venir a instalarse en la zona en los próximos años porque esta es una zona apta para la producción de arroz. El proyecto arrancó en el 2015 y hoy estamos terminando nuestra quinta zafra, llegando a récords históricos de productividad y estamos empezando a dominar la bestia. Estamos orgullosos de los resultados del trabajo en este momento”, resaltó.
Expresó que cuando se inicia un proyecto siempre existe esa cuota de sueño en todo lo que se quiere emprender, y cuando se vio el potencial de la zona en donde se estaba gestando, al lado del río Paraguay, se consumó ese sueño, ya que eso evitaría muchos problemas climáticos. Añadió que sabían que el avance del área de siembra sería más lento; sin embargo, la tarea fue exitosa pese a montarse una industria a cielo abierto que implica adversidades y factores que no se pueden simplemente controlar.
Antecedentes. Justamente, dentro de este proceso de expansión uno de los años más complicados fue el 2016 cuando aún no existía una infraestructura de caminos en la región. Con la creciente del río el complejo productivo quedó bajo agua, pero mediante las adecuaciones realizadas a través de inversiones, se instaló la infraestructura interna para que ese tipo de situaciones no volvieran a afectar el normal desempeño de la unidad de producción. Enciso agregó que la crisis internacional de los precios del arroz que se extendió desde el 2015 al 2018 generó una incertidumbre enorme, pero afortunadamente aquel escenario quedó en la historia y el valor del cereal sigue mejorando.
“Valoro el trabajo del equipo humano de Villa Oliva Rice. En un año normal tenemos en la nómina a cerca de 150 personas, pero en época de cosecha llegamos inclusive a alcanzar más de 300 personas. Tengo que señalar el apoyo de los distintos proveedores que nos prestan servicios encomiables para seguir adelante”, destacó.
Procesamiento. Robson Guites, gerente de planta de Villa Oliva Rice S.A., destacó que cuentan con una capacidad de recepción de 2 millones de kilos por día, de los cuales se procesan 20 toneladas por hora. Agregó que el arroz se distribuye tanto a nivel local como internacional y los principales destinos son Brasil, Chile y México. “Trabajamos con arroz Tipo 1, 2 y 3 y recibimos arroz húmedo de la cosecha, con un proceso de recepción, prelimpieza, secado y almacenamiento. Después de eso empezamos con el proceso de valor agregado”, indicó.
“Tenemos grandes expectativas. El 2021 arrancamos fuertemente con la buena cosecha y la idea es entregar todo el stock disponible. Creo que va a ser un gran año para todos nosotros”, relató.
La compañía cuenta con una industria de primera línea con maquinarias de última generación, además de una mano de obra muy eficiente y capacitada.
Piscicultura. La Ing. Zoo. Valeria Villalba, encargada del proyecto Pira Kóga de Villa Oliva Rice S.A., expresó que la empresa lleva a cabo un proyecto social y ambiental, a través del cual se trabaja con cinco estanques de 10 m x 100 m con las especies de tilapia y pacú. “Ambientalmente, estamos utilizando el agua que riega las parcelas de arroz para la producción de peces. Tenemos individuos de excelente tamaño y calidad organoléptica, color, textura y sabor y eso significa que estamos haciendo bien las cosas”, explicó.
Resaltó que también es un proyecto social porque tiene un impacto positivo, ya que se incorpora proteína animal dentro de la alimentación de los trabajadores de la empresa. Una vez por semana se les ofrece alimentos a base de estos peces criados en los estanques.
Manifestó que, actualmente, manejan 1000 peces de cada especie por estanque y la producción de pacú es de aproximadamente 1000 kg y 450 kg de tilapia por año. El ciclo del pacú es de 18 meses y el de la tilapia, siete meses.
“Con este proyecto queremos demostrar que los defensivos agrícolas utilizados en el cultivo de arroz están en la medida adecuada porque los peces son los animales más sensibles a cualquier agente contaminante y nosotros tenemos peces de excelente calidad y que llegan al tamaño del plato en excelentes condiciones. Estamos demostrando que todo lo que se está haciendo dentro de Villa Oliva Rice se realiza en armonía con el ambiente”, enfatizó.
[Material publicado en el segmento Nota de Tapa de la edición Nº 78 de abril de Revista Productiva, páginas 24,25,26 y 28]
[Foto : Revista Productiva]