El retraso de la cosecha de soja 2022/2023 por las complicaciones del clima y el riesgo latente de sembrar los cultivos de entrezafra fuera de una época ideal, generó una reducción del 40 % de la superficie que se había planificado para sembrar soja y maíz en la unidad productiva de Carina Drees, productora de Iruña, departamento de Alto Paraná.

 

Con el lento avance de la cosecha de soja en el campo de la productora Carina Drees, que en el momento de la entrevista se encontraba recién en un 30 %, la ingeniera en alimentos indicó al agroclásico de los domingos, Nación Productiva, que seguirá apostando por el plan de rotación de cultivos (soja, maíz y trigo) en esta zafriña.

 

Precisó que si las condiciones de siembra en la entrezafra eran buenas, el plan era implantar 40 % de maíz, entre 20 a 30 % de soja y el resto sería destinado al trigo como rubro de invierno. Sin embargo, tuvo que reducir 40 % esa planificación inicial debido al alargamiento del ciclo productivo del cultivo antecesor y el consecuente riesgo de salir de la época ideal de siembra.

 

Explicó que la idea de continuar con parte del plan de la zafriña 2023 obedece a la alentadora mejoría de la cotización internacional del maíz y la soja. Mencionó que la siembra en las áreas abiertas culminó el 28 de febrero, cuando la ventana de siembra todavía era la correcta, pero fuera de ese periodo se torna bastante riesgoso la implantación de los cultivos.

 

“Siempre con cautela, pero seguimos invirtiendo lo mismo porque la esperanza es que resulte bastante bien. Empezamos con un buen tratamiento de semillas, y sabemos que este año una gran plaga es la chinche, y seguimos usando una buena fertilización”, afirmó en el caso del cuidado del cultivo de maíz zafriña.

 

Por otro lado, resaltó que hay semillas que no serán sembradas, por lo que optará por guardarlas para la próxima campaña agrícola.

 

[Foto extraída del segmento Nota de tapa de la edición Nº 68 de junio de Revista Productiva, año 2020]