A nivel mundial la propagación del coronavirus ha ocasionado una pausa en los movimientos industriales y comerciales del sector cárnico de varios países. Especialmente, en Argentina, Brasil, EE.UU. y Paraguay se observaron distintas situaciones tras el impacto de la pandemia, publica Agrovoz.
Con la decisión de la cuarentena y las restricciones establecidas por el Gobierno de Paraguay, se produjeron los primeros cierres transitorios de plantas de faena. En particular, el Frigorífico Guaraní decidió cerrar la fábrica por 15 días, a fin de evitar la propagación del COVID-19.
Luis Pettengill, presidente del Frigorífico Guaraní, aseguró que la prioridad de la empresa “es mantener la salud de los funcionarios y los clientes”. Asimismo, instó al resto de la industria a imitar la medida.
Según la publicación del medio, en Argentina la pandemia del coronavirus ha pegado fuerte en las exportaciones de carne de ese país. El último informe del Rosgan (el Mercado de Rosario) señala que la actividad industrial por el momento sigue sostenida por el mercado interno.
“Si bien las compras en comedores y restaurantes también se verán resentidas producto de la cuarentena vigente, la venta de carne en supermercados y carnicerías –que en Argentina concentra la mayor proporción– se sostiene, al menos por el momento”, resalta el reporte.
Rosgan advierte que aquellas plantas orientadas, básicamente, a la faena de novillos de exportación, y en especial las que trabajan con cortes Hilton, sufrirán muy fuerte esta desaceleración. La situación generará una sobreoferta de carne en el corto plazo que podría terminar impactando en los precios internos.
Varios frigoríficos argentinos han comenzado a manifestarse ante esta retracción en sus compras de novillos. Paradójicamente, la rueda sigue girando y hoy la exportación nuevamente centra su esperanza en China, que de a poco vuelve a concretar sus operaciones.
En el caso de Estados Unidos, los procesadores de carne aumentan la producción en una carrera por asegurar el abastecimiento.
El informe de Rosgan, que cita un reporte de Bloomberg, indica que mientras los restaurantes estadounidenses cierren en medio de los esfuerzos para detener la propagación del coronavirus, los consumidores se apresuran a ir a las tiendas de comestibles para abastecerse de alimentos. En ese sentido, la carne fresca no logra ser reabastecida al ritmo que impone la demanda.
“Los procesadores de carne están agregando turnos adicionales de fin de semana para adelantarse a lo que podría convertirse en una escasez de mano de obra en las plantas, en caso de endurecerse las medidas sanitarias”, resalta el reporte del mercado de Rosario.
Por último, en Brasil los frigoríficos dejan de faenar debido a la pandemia. Valor Económico, en su informe, menciona que JBS cerrará cinco de las 37 industrias cárnicas.
En tanto, la compañía Minerva anunció el cierre por 20 días (iniciado desde el pasado lunes) de las plantas de Janaúba (Minas Gerais) y José Bonifácio (São Paulo) y dos en Mato Grosso: Mirassol D’Oeste y Paranatinga.
Por otro lado, Marfrig (la segunda industria de carne más grande en Brasil), destacó que todavía no existe la determinación de paralizar las plantas debido al coronavirus. No obstante, la empresa ha estado monitoreando los impactos de la pandemia en forma diaria y no se descarta que en los próximos días las unidades tengan sus operaciones suspendidas.
[Fuente: Agrovoz]