El crecimiento y desarrollo del trigo precisa de un manejo integrado, especialmente en la fase crítica de la producción. El reporte de asesoría agrícola de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) destaca estos cuidados necesarios que tienen relación con la limpieza, nutrición y protección contra las enfermedades.
El correcto manejo en la fase crítica del trigo es importante, puesto que en este proceso la planta gasta mucha energía para producir macollos y es una etapa en la que se inicia la formación y el crecimiento de las espigas.
Durante este tiempo se determina el número de granos por espiga. Una vez completadas las espigas, entra la fase reproductiva, en la que, posteriormente, tiene lugar la fecundación e inicia el crecimiento de los granos.
La asesoría agrícola de la Capeco recomienda a los productores de trigo realizar una limpieza, es decir, un control de malezas con una siembra en rastrojo bien desecado. Para el cuidado nutricional de la planta, el consejo es apoyarse en un plan de rotaciones con inclusión de abonos verdes por medio de la aplicación de una cobertura con nitrógeno, que es clave para nutrir la planta en su fase crítica.
El informe destaca que la eficiencia de la cobertura hasta el fin de macollaje depende, en gran medida, de la humedad que haya durante este periodo.
En cuanto a si hacer o no la fertilización foliar, el reporte menciona que las experiencias locales no conceden ninguna ventaja a la fertilización foliar en trigo, ya que su aplicación está supeditada al análisis foliar para proveer elementos menores que mejoren la salud del follaje.
“La fertilización foliar se hace solo para proveer micronutrientes y no puede remplazar la necesidad de altas dosis de nitrógeno requerida para el llenado de grano”, acota.
Contra las principales enfermedades e insectos se sugiere una protección en el cultivo de trigo a través del uso de variedades resistentes. Asimismo, será necesario un buen manejo del plan de rotaciones de cultivos.
“Dentro de un concepto general de manejo integrado del cultivo, plagas y enfermedades, el control químico debe ser la última opción”, destaca el informe. En la actualidad, existen variedades nacionales que poseen una resistencia genética contra un gran número de enfermedades.