Uno de los periodos más secos de los últimos 35 años en la región chaqueña de nuestro país acucia al sector ganadero que debió extremar recursos, replantear actividades, comprar insumos de costos más elevados o malvender la hacienda para mitigar los daños que pudieran surgir en la unidad de producción. Dentro del abanico de alternativas presentadas, la hotelería bovina es una herramienta puntual que ayudó a algunos a obtener renta, pese a las adversidades, y a otros, a escapar de cuantiosas pérdidas por la probable mortandad de los animales.

 

En ese contexto, Estancia La Josefina, de Agropecuaria San Ramón S.A., estableció en Pozo Colorado, Presidente Hayes, un confinamiento con amplia infraestructura para brindar un soporte a aquellos productores que estaban pasando mal debido a la sequía.

 

El Ing. Agr. Gianluca Cattáneo, administrador de la unidad de producción, comentó que los usuarios deben presentar información básica de los animales que ingresarán a la hotelería. Se solicita el peso de los animales en la estancia, qué tipo de individuos son (novillos, toros, vaquillas) y el manejo que estaban recibiendo.

 

“Básicamente, no nos regimos tanto por el peso, sino más bien por el interés del cliente, ya que pueden ingresar animales livianos o pesados. Tuvimos clientes que nos mandaron animales de 380 kg para arriba y otros, con 280 kg”, explicó.

 

Una vez que llegan los ejemplares al establecimiento, se realiza una recepción donde se les observa a aquellos que puedan estar con algún problema de origen o sufrido durante el viaje. Luego, se los identifica y se hace una sanitación con antiparasitarios, además se les aplica una vacuna policlostridial y otra especial para confinamiento contra enfermedades respiratorias. Posteriormente, se realiza un caravaneo y pesaje individual.

 

“Hay clientes que mandan sus animales preclasificados, lo que facilita el trabajo, pero hay otros que por la urgencia o la necesidad que tienen los animales te los envían y nosotros nos encargamos de hacer la clasificación, ya sea por peso, a través de rangos de 10 kg de diferencia entre el animal más liviano y pesado, o directamente depende del biotipo que llega, si son híbridos, se trata de hacer corrales según el tipo de raza”, añadió.

 

En el caso de que llegue una mezcla de híbridos y cebú, se trata de diferenciar los lotes, porque tienen hábitos distintos; por ende, se distribuyen para un mejor desempeño. Actualmente, un 95 % de la capacidad del confinamiento es ocupado por animales en hotelería pertenecientes a terceros y solo el 5 % corresponde a hacienda en terminación de San Ramón.

 

El local puede albergar a 3200 cabezas de un giro de 70 a 90 días. Algunos bloques están preparados para 190 cabezas y otros, para 110. En cuanto a metros lineales de batea, el bloque de 190 cabezas cuenta con 81 m de frente y 65 m de fondo. El de 110 cabezas tiene 40 m de batea y 65 m de ancho. Con esta distribución se lograron mejores resultados en los animales.

 

Dietas
La dieta proporcionada depende del peso con el que llegan los animales, ya que allí se define la estrategia a adoptar en el periodo de adaptación. “A parte de eso, se ve el consumo del animal y cómo se comporta en la batea; si llega bien o no porque nunca se sabe qué tipo de animales están ingresando, si alguna vez fue suplementando o no. Considerando esos aspectos, debemos cubrir todo ese espectro para que el animal y el cliente estén satisfechos con el resultado que intentamos darles”, explicó.

 

El ingeniero agrónomo comentó que si el animal es muy liviano, va a tener un mayor periodo de adaptación, pero si viene pesado y tiene conocimiento de cómo comer en batea, la adaptación será corta, rápida y pasará a la etapa de terminación.

 

“Todo depende de cómo llega el animal y cómo se comporta en los primeros días dentro de la batea y del corral”, acotó.

 

Tras el periodo de adaptación que en promedio puede extenderse a 21 días, aunque mucho dependerá de la condición de ingreso de la hacienda, los bovinos pasan al ciclo de terminación en donde deberían permanecer mínimamente 45 días, ya que la decisión final dependerá del objetivo del productor, porque este puede buscar más peso o mejor carcasa o finalmente se rige por el factor económico.

 

La dieta suministrada integra 12,5 % de fardo de heno de pangola o mombaza –producido en el establecimiento-, además de 43 y 45 % de maíz molido, 14 % de burlanda de maíz, 30 % de cascarilla de soja, 3 % del núcleo proporcionado por Granusa, 0,8 % de urea y agua que estaría entre el 20 y 22 % de peso vivo.

 

Acotó que la composición puede variar considerando el costo de cada uno de los insumos. “En cuanto a la elaboración de heno, tenemos en su mayoría mombaza, pero ahora estamos desarrollando más áreas de pangola para tener también mayor cantidad de fardo”, indicó.

 

Ganancias
Este año la ganadería se expuso a la situación Ganadería Productiva Ing. Agr. Gianluca Cattáneo de pandemia, sequía severa y caída de los precios, por ende, la hotelería fue una alternativa viable para mitigar esta situación, ya que en esta unidad de feedlot existe un historial de ganancia de peso en toros de 1450 gramos por día y en novillos, en torno a 1350 gramos. En tanto que en vaquillas, la media alcanzada está entre 1250 y 1300 gramos.

 

“Dejar tu animal en el campo te hace perder muchos kilos, se puede quedar sin agua, sin pasto y se puede morir. Traerlo al confinamiento te asegura que tu animal no va a morir por falta de comida, por falta de agua ni por ninguna enfermedad y vas a terminar vendiéndolo, lo que hace que tu margen de pérdida pueda ser ínfima haciendo bien los números, ya que perder animales es una inversión que no se recupera nunca”, explicó.

 

Cattáneo comentó que la mejor opción siempre es el confinamiento porque es una herramienta fundamental para todos, no solamente para la terminación, sino para la recría, para vaquillas en servicio y para preparar los animales reproductores para la venta.

 

Pasturas
Desde que se inició el confinamiento se buscó el forraje de mayor calidad posible para que el animal coma siempre de la mejor manera. Considerando esta premisa, en el establecimiento están preparando la expansión de los campos de fardo con un pasto de mayor calidad.

 

“No le desmerito al mombaza, pero el pasto pangola bien fertilizado y producido es irresistible para el animal”, acotó.

 

Hay 2000 hectáreas de pasturas que son de mombaza y tanzania y se agregarían unas 250 hectáreas de pangola. Con respecto a los resultados de henificación, la pastura mombaza produce 25 rollos por hectárea en un corte, mientras que en pangola se logra entre 15 y 18. “Después del análisis y asesoría técnica vimos la necesidad de hacer ajustes en cuanto a la fertilización de pasturas para obtener un mejor rendimiento”, añadió.

 

Explicó que anteriormente aplicaron urea, pero debido a una importante inundación del año pasado, no obtuvieron resultados tangibles. Mientras que este año la fuerte seca tampoco facilitó el rebrote del pasto.

 

Estrategias
El Dr. Enrique Aguilera, asesor técnico comercial de Granusa, comentó que al inicio del emprendimiento tuvieron números ajustados, por lo que hubo que afinar los lápices. La condición será difícil, pero no había otra opción para afrontar esta situación.

 

Indicó que una de las ventajas que posee esta unidad de producción es la capacidad de generar en abundancia los voluminosos, con lo cual se pudo ajustar las diferentes inclusiones de fardo en las dietas y con ello se equilibró el costo de producción. “Una vez que le tomamos el punto, hubo un incremento del precio y se consiguieron otros insumos, entonces fue más llevadera esta situación”, precisó.

 

En este establecimiento que funciona como hotelería y confinamiento de animales propios de la estancia, se deben ajustar las dietas de adaptación o transición y terminación, considerando la variabilidad de las condiciones corporales de los animales que llegan a este destino.

 

“Tenemos animales castrados y enteros y en todo este periodo se fueron incorporando insumos que hicieron las dietas variables. Por ejemplo, afrecho de arroz, fardos y hoy estamos en las diferentes etapas con un buen consumo y por sobre todo un buen rendimiento en el desempeño de los animales. Nosotros estamos brindando soporte en la parte de confinamiento con el software, el acompañamiento, capacitaciones y una relación bastante fluida con los responsables”, manifestó.

 

Ración
Aguilera comentó que están utilizando un núcleo denominado TMR (Ración Total Mezclada), que engloba, principalmente, los microminerales, algún aditivo que asegura el consumo ideal y sobre todo, que la dieta no tenga ninguna incidencia o repercuta en el animal.

 

Agregó que es muy difícil de incorporar mucho volumen dentro de la dieta por toda la logística que implica. “Todo eso jugó a la hora de determinar hasta qué porcentaje podíamos llegar”, añadió.

 

Explicó que la dieta de adaptación normalmente es la misma que se les da a todos los animales que provienen de otros lugares. Acotó que como se sabe el Chaco está en una situación crítica, por lo que a veces llegan animales muy flacos y algunos golpeados; por lo tanto, se trabaja para ponerlos en las mismas condiciones que los que están aclimatados y se trata de acompañar ese proceso para que haya una fluidez en cuanto a la entrada y salida de animales; es decir, en cuanto a las programaciones de las ventas.

 

El profesional explicó que la ganadería es como la informática, es decir, constantemente se está actualizando, a través de autocríticas y la incursión de nuevas tecnologías. Considerando las diferentes situaciones, variables, condiciones, la unidad ganadera requiere que sea tratada como empresa; es decir necesita mediciones y evaluaciones que permitirán obtener estadísticas o informaciones para la toma de decisiones.

 

“Una empresa ganadera no puede estar estática; indefectiblemente tiene que utilizar la infraestructura, la información, los animales. Tiene que estar en constante movimiento esa estructura del confinamiento”, agregó.

 

Como ventajas importantes de confinamiento se destaca la oportunidad de liberar el campo, ya que mediante el secuestro durante 90 a 120 días de estos animales, el campo descansa. Otro punto importante en este confinamiento instalado en Pozo Colorado es su ubicación estratégica, ya que está en un sitio intermedio entre las zonas productoras de terneros y la región de invernada.

 

[Material publicado en la edición #69 (Julio) de Revista Productiva. Segmento Ganadería Productiva, páginas 16 y 17]
[Foto: Revista Productiva]