El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social aprobó la implementación de un “Protocolo de Buenas Prácticas” dentro de la industria frigorífica local, con el fin de reducir los posibles contagios de la COVID-19. El protocolo, que ya se venía aplicando en el sector, había sido presentado por el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa).

 

De hecho, los frigoríficos ya venían aplicando todas las medidas preventivas necesarias para poder garantizar la salud de los trabajadores y cumplir con el trabajo. Por medio de estas buenas prácticas se pretende minimizar las posibilidades de contagio de la enfermedad dentro de las plantas de producción de carnes y derivados, faena y otros.

 

De acuerdo con el protocolo se deben implementar medidas generales básicas de seguridad, higiene, desinfección y cuidado personal de los trabajadores dentro de las plantas industriales de procesamiento de carnes y derivados, incluyendo plantas de faena (bovinos, suinos, aves), así como plantas de procesamiento de embutidos, hamburguesas, menudencias, chacinería, curtiembre, rendering y otros.

 

Dentro del protocolo sanitario se promueven todas las medidas generales tanto de higiene personal como del entorno laboral, entre ellas el lavado frecuente de manos, el uso de mascarilla, al igual que la limpieza y desinfección de las instalaciones del centro laboral, artículos personales, uniformes, calzados, etc.

 

Así también, el protocolo establece que se limite o se suspenda el fichaje por huella dactilar y se lo sustituya por otro sistema de control.

 

Ante un caso confirmado de la enfermedad dentro de una línea de producción, el protocolo establece acciones que determinen el grado de contacto por distanciamiento real que se manifiesta en la industria en su operación habitual basado en la esquematización de los diferentes puestos de trabajo y sus ocupantes.

 

Sobre el punto, se considera «contacto» estrecho a las personas que hayan estado a una distancia de menos de 2 metros y por más de 2 minutos, sin equipo de protección individual en los últimos catorce días. Para ello, cada establecimiento elaborará un procedimiento basado en sus instalaciones que identifique al personal que ha estado en contacto con el caso confirmado.

 

La implementación de este protocolo de buenas prácticas tiene como propósito incentivar la desestigmatización de la enfermedad y promover la solidaridad con los afectados.