Investigadores de Argentina y Noruega iniciaron el desarrollo de una vacuna contra la brucelosis porcina, a fin de proteger al sector pecuario y a seres humanos de esta enfermedad. En la actualidad, no existe ningún producto comercial en el mercado que permita prevenir el contagio de este mal, publica Agrofy News.

 

Si bien la investigación se encuentra en una etapa experimental, se espera que en un corto plazo pueda estar disponible comercialmente.

 

La brucelosis porcina es una patología que no solo afecta la producción pecuaria, sino que también puede ser transmitida a productores rurales, trabajadores de la carne y veterinarios.

 

Agrofy News destaca en su publicación científicos de ambos países desarrollan este producto que por vía nasal logró brindar protección a ratones en un modelo de infección por vía oral.

Pablo Baldi, investigador del Conicet afirmó a la Agencia CyTA que “los resultados abren posibilidades para diseñar en el futuro una vacuna comercial segura para prevenir la infección en los cerdos y, en consecuencia, la enfermedad en humanos o zoonosis”.

 

Asimismo, los expertos indicaron que el desarrollo está enfocado en la proteína BtaF. “Nosotros postulamos que la vacunación con BtaF generaría una respuesta inmune que, entre otros mecanismos, bloquearía la adhesión de las bacterias y, por lo tanto, su capacidad de infectar células”, destacó Mariana Ferrero, codirectora del avance del estudio.

 

De manera a comprobar sus hipótesis, los investigadores infectaron por vía oral a ratones que habían sido previamente vacunados con BtaF por vía nasal. Posteriormente, los resultados arrojaron que los animales inmunizados tuvieron una caída de la presencia de la bacteria.

 

Sin embargo, aquellos animales que no habían sido vacunados tenían una presencia muy alta de esta bacteria que causa la brucelosis porcina. Los investigadores, en ese sentido, destacaron que las vacunas existentes tienen varios inconvenientes y limitaciones, y se aplican a ganado bovino, caprino y ovino.

 

Por otro lado, Florencia Muñoz González, integrante del laboratorio de Baldi, resaltó que “una alternativa para reducir este riesgo es el desarrollo de vacunas acelulares, es decir, que contengan solo algunos componentes de la bacteria. Nuestro desarrollo se enmarca en esta categoría”.

 

Como resultado del avance de la vacuna contra la enfermedad, se deben realizar ensayos en animales susceptibles. Aparte de eso, se debe probar la capacidad de protección frente a infecciones por otras especies de Brucella.

 

“Nuestra vacuna, al ser acelular, podría potencialmente usarse en humanos, pero para eso hacen falta muchas pruebas y adecuaciones. Es un proceso largo”, concluyeron Baldi y Ferrero.

 

[Fuente: Agrofy News]