NUESTRA POSTURA

 

Las bases ideológicas retardadas llevadas al campo por políticos audaces que se aprovechan de la necesidad de los campesinos, generan un escenario complicado para el sector productivo que limita el desarrollo de toda actividad agropecuaria en la actualidad.

 

La creciente xenofobia, las invasiones y la violencia descomunal son las herramientas utilizadas para elevar el nivel de confrontación en el campo, en pleno avance de la campaña sojera 2018/19.

 

El impuesto a las exportaciones es un tema gastado desde hace años, pero que nuevamente la izquierda caviar pretende instalar no para recaudar más, sino para destruir un sistema productivo inclusivo, de desarrollo, de progreso, de tecnificación.

 

Debatir en redes sociales o en cualquier ambiente se volvió común en estos días, en donde se encuentra una terrible ignorancia para sostener una conversación seria y sólida basada en cifras, datos, informaciones y resultados logrados a lo largo de estos 40 años de trabajo. Pero cuando no tienen asidero sus planteamientos, caen en la intolerancia y, en consecuencia, en el maltrato verbal.

 

Celebro que grupos de productores se animen hoy a responder en las redes, a demostrar que tienen voz, que tienen actitud y que son celosos del valorado trabajo que realizan, que no es más que alimentar al país y al mundo, aunque muchos no lo quieran entender. Esto nos demuestra que existe capacidad para combatir con sustento y argumentos válidos esta campaña de desprestigio contra el sector, con el fin de instalar una lucha de clases entre paraguayos, una lucha contra los inmigrantes, una lucha contra el modelo de producción.

 

Destaco una cuestión común en la idiosincrasia del paraguayo: la envidia. Un pecado capital que en lugar de ser desechado alimenta negativamente la mente y el alma de esta gente que al estar ciega por el progreso del otro, se niega a buscar salir del letargo en el que se halla sumergida.

 

Basta con ver cómo las cooperativas, integradas por pequeños y medianos productores, han prosperado con el correr del tiempo, mediante el empeño, la pujanza y la aplicación de tecnología. Ese modelo aplicado a comunidades campesinas es la mejor decisión que podría tomar el Gobierno; sin embargo, en términos futboleros, el nuevo Gobierno sigue fuera del campo de juego. Esperemos que por lo menos el calentamiento comience antes de terminar el año.

 

Además, el sistema cooperativo es una tecnología comprobada, validada y responsablemente llevada adelante en nuestro país, por lo tanto, la transferencia de estas decisiones e ideas sería más fácil aún trasmitir a la gente que más necesita, quienes siempre son objeto de manipulaciones de los políticos de turno, ya que representan el caldo de cultivo ideal para que grupos antagónicos sigan buscando posicionar ideologías desechadas en todas partes del mundo.

 

Creo que muchos actores de la cadena productiva han ayudado a prosperar a sus vecinos, a darle la mano para poder avanzar. Por eso sostenemos desde este medio el acompañamiento inexpugnable al sector productivo.

 

Lic. David González
Director

[Editorial publicado en la sección Nuestra Postura de la edición impresa de Revista Productiva de noviembre de 2018]