A nivel de Latinoamérica, la ganadería de Paraguay y Uruguay se caracteriza por mostrar avances importantes en los últimos años, ya que según el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la producción ganadera pastoril de ambos países logró una mejor productividad y eficiencia.
En una investigación publicada en diciembre del 2019, el BID hizo énfasis en los logros obtenidos por Paraguay y Uruguay en cuanto a producción pecuaria se refiere. Los autores del análisis fueron Alejandro Nin – Pratt, Heber Freiría y Gonzalo Muñoz.
Este estudio examina el desempeño de la producción ganadera uruguaya y paraguaya, analizando dos situaciones con diferentes implicaciones para el desarrollo. El primer escenario es el desplazamiento del ganado por la producción de soja, como ocurrió en Uruguay y en la región Oriental de Paraguay, y, por otra parte, la expansión de la frontera agrícola en la zona occidental de nuestro país debido a la deforestación.
En el caso de Paraguay, el informe indica que la producción de carne aumentó más del doble entre 2005 y 2016, promovida por el crecimiento de la productividad, que aumentó en un 70 % durante este período. En ese punto, la adopción de variedades de pasturas tropicales de alto rendimiento junto con la mejora de la genética animal fueron los principales factores detrás del incremento de la productividad y la sostenibilidad.
Si bien los avances observados son positivos, los sectores ganaderos en Uruguay y Paraguay aún enfrentan grandes desafíos para sostener el crecimiento en el futuro. En el caso de la ganadería uruguaya, el reto principal es acelerar y mantener el crecimiento de la PTF (Productividad total de los factores), que se estancó nuevamente después de 2006.
La investigación publicada por el BID señala que a pesar de que la introducción de pasturas cultivadas aumentó la productividad y redujo las emisiones de carbono por unidad de producción, tanto en Uruguay como en Paraguay el aumento de la producción, del stock de animales y la deforestación continuarán incrementando las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual requerirá un mayor control en el uso de recursos naturales y de nuevos desarrollos tecnológicos para aumentar la eficiencia ambiental de la producción ganadera.
[Fuentes: Unión de Gremios de la Producción y BID]