Innovar Feria Agropecuaria, pese a todas las limitaciones, mostró su mejor performance, llevando como bandera insignia, además del trabajo y el compromiso, un nuevo concepto que se apodera de todo el sistema de producción agrícola del país: la digitalización.

 

En cuanto a la organización, el gerente general de Innovar Feria Agropecuaria, Ing. Agr. Carlos Gómez, comentó que esta fue una edición muy especial pospandemia y a la vez un trabajo que demandó redoblar el esfuerzo de Innovar en conjunto con varios colaboradores. “Cada año que pasa se está ganando un espacio empresarial donde la gente ya lo ve como referencia para cerrar negocios”, rescató.

 

En esta edición 2022 participaron 206 expositores. Esta feria está diseñada tanto para el expositor como para el productor.

 

“Para nosotros el 2022 es súperexitoso mirando desde un escenario golpeado para el productor y por otro lado, con esto queremos demostrar que el campo no para y el agro no va a parar”, destacó.

 

Se observó también la participación de personas que no están relacionadas con el agronegocio, además del cierre de negocios importantes pese a la difícil situación del campo. “Tal vez hay productores que ven la sequía como una oportunidad y ellos también necesitaban esta sinergia con el expositor”, subrayó.

 

Pese a un escenario poco propicio posterior a la sequía y una movilización de camioneros en plena semana de desarrollo de la muestra, la expoferia brilló con luz propia.

 

Ponencias. En una de las principales presentaciones realizadas durante el evento, Roberta Paffaro, profesional de CME Group, habló sobre la condición experimentada en la actualidad en torno a la guerra entre Rusia y Ucrania.

 

Con la incertidumbre a nivel mundial se ve afectada la seguridad alimentaria. Explicó que Rusia y Ucrania son responsables del 18 % de la producción de maíz del mundo y a esto se suma el quiebre de zafra en Sudamérica, lo que incidirá en una menor oferta y demanda de granos de soja y un impacto en el maíz.

 

La tercera situación complicada que se presenta es el efecto del clima y la necesidad de lluvias para el cultivo de maíz. “El precio va a ser un reflejo de la oferta y la demanda”, precisó.

 

Estas situaciones también influyen en el desarrollo de la proteína animal, por lo que resaltó la importancia de que la cadena agrícola cuente con seguros de precios, ya que los costos van a seguir creciendo. Un ejemplo de esto es la compra que está realizando China de productos de Estados Unidos ante la incertidumbre por la disponibilidad de soja sudamericana.

 

“Hay una preocupación muy grande y el costo para la ganadería va a crecer”, detalló.

 

Desde su experiencia en la Bolsa de Valores de Chicago, en la oficina de Brasil se encuentra asesorando en la compresión del mercado por medio de herramientas que ayuden a mejorar el rendimiento de las tierras.

 

En la ocasión, Federico Morixe, director de Fimix y asesor de mercado de CME Group, también realizó una presentación en Innovar, en donde resaltó que la condición del mercado internacional está complicada y con la suba de precios muchos productores tienen que estar entrando en deudas porque habían vendido granos y deben cumplir sus compromisos. “No puede ser que al agricultor no le esté gustando la suba de precios y es un tema de gestión que vamos a ir solucionando de a poquito”, indicó.

 

En cuanto al mercado, señaló que los precios han superado los USD 600 la tonelada, pero las cifras se están estabilizando y con los síntomas de tranquilidad del mundo por la crisis entre Rusia y Ucrania el precio debería empezar a bajar hasta que encuentre energía para subir nuevamente dada la cosecha de Sudamérica, la siembra en Estados Unidos y después por las compras chinas que van a generar volatilidad en el mercado.

 

Ante esta situación se plantean herramientas financieras como el seguro de precios, que el productor está utilizando cada vez más para no comprometer mercaderías físicas en un mercado incierto. “Comprando un seguro de precio a julio de 2022 uno puede estar asegurando la zafriña de soja en USD 540 de Chicago, pagando USD 10 y eso significa que si vendo en USD 600 termino vendiendo a USD 590. Si la soja baja a USD 500 el seguro me paga esos USD 40 de diferencia, entonces termino vendiendo bien, por ende, termina siendo un seguro de precio y no un seguro de cultivo”, explicó.

 

En cuanto al efecto de la sequía, comentó que no se esperaba tanta agresividad y que, finalmente, golpeó muy fuerte a todo el sistema productivo. Indicó que, por lo general, luego de seis a ocho meses recién se verá hasta dónde impacta en la economía de un país esa condición.

 

Sin embargo, resaltó que el productor está acostumbrado a trabajar en estas circunstancias, pero ahora está aprendiendo a llevar mejor la gestión buscando seguros de rendimientos y precios.

 

“Paraguay se ha posicionado muy bien en todos los agronegocios y agroalimentos a nivel mundial”, expresó.

 

Hizo hincapié en que en esta situación se necesita de mucha flexibilidad, mirar los riesgos del negocio para mitigarlos de la mejor manera posible y para ello todo el sector tiene que estar a favor.

 

[Material publicado en el segmento Actividad de la edición Nº 89 de marzo de Revista Productiva, páginas 34 y 35]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]