Argentina
El año pasado la mayor parte de los productores no se animó a sembrar maíz temprano ante la perspectiva de perder toneladas de dinero si Daniel Scioli ganaba las elecciones presidenciales. Pero ganó Mauricio Macri. Y el cereal pasó a ser el mejor negocio –por lejos– de la campaña gruesa argentina 2015/16.

El margen neto proyectado de un cultivo de maíz temprano en la zona núcleo pampeana con un rinde 100 qq/ha, un arrendamiento de 350 u$s/ha, un costo de administración de 55 u$s/ha y un precio esperado a cosecha de 153 u$s/tonelada, actualmente supera los 210 u$s/ha (antes de impuestos y sin considerar costos financieros).

La cuestión es que el margen neto proyectado de maíz tardío en la región núcleo no supera los 100 u$s/ha, mientras que el de la soja de primera es de apenas 38 u$s/ha.

Las razones de semejante diferencia –un margen proyectado de maíz temprano cinco veces superior al de la soja de primera– se explican, en buena medida, porque la oleaginosa sigue teniendo un derecho de exportación del 30% en un contexto de precios internacionales bajos y costos crecientes por la explosión de las malezas problemáticas resistentes al glifosato.

El maíz, en cambio, además de estar gravado con retenciones, registra precios FAS elevados debido a la competencia creciente por originar mercadería para cumplir con los enormes compromisos de exportación asumidos por los principales traders.

Por supuesto: toda proyección necesita que se coseche el rinde programado para cumplirse de manera efectiva (y eso sólo se tiene por seguro una vez levantado el cultivo).

“Extensas áreas de Córdoba, Santa Fe, La Pampa y amplios sectores de Buenos Aires y Entre Ríos lograron acumular volúmenes superiores a los 40 milímetros durante los últimos siete días, alcanzando en varios casos picos por encima de los 120 milímetros que provocaron anegamientos superficiales en ambientes bajos”, indicó el último informe semanal de evolución de cultivos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Fuente: FyO