“La dictadura de los burócratas” se titula el comunicado que compartió este lunes la Unión de Gremios de la Producción (UGP), en el que repudia el tuit de la ONU que insta a las personas a comer menos carne porque esto “reduce las emisiones de gases de efecto invernadero”. El gremio afirma que el organismo se está convirtiendo en la base del activismo político de grupos que pretenden desalentar la producción privada.

 

Comer menos carne ayuda a ahorrar agua y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global”, afirmaba el polémico tuit publicado por @ONU_es.

 

Ante esto, el gremio que nuclea a productores agropecuarios considera que la ONU se está convirtiendo en un instrumento de promoción de la superchería (fraude consistente en sustituir una cosa verdadera por una falsa) y en la base del activismo político de grupos que pretenden desalentar la producción privada.

 

Estos grupos, evidentemente, ya no tienen como objetivo el control de la producción en los países donde operan, sino el control a nivel mundial desde un poder central, utilizando las NN.UU. como instrumento. No tiene otra explicación el tweet”, asegura el comunicado.

 

Agrega que es obvia la falta de rigor de esta afirmación. “¿Por qué comer carne puede contribuir al calentamiento global? ¿Se mastica más? ¿El ser humano bebe más agua al ingerir carne? En todo caso, al masticar más el ser humano, ¿emite más gases de efecto invernadero? ¿La producción de proteína animal, carne en general, para alimentar a la población mundial conlleva un riesgo mayor que la protección y recuperación de cientos de especies que beben agua para sobrevivir, desarrollarse y procrear?”, cuestiona irónicamente el gremio.

 

El ridículo es más que evidente y el propósito del tweet, también”, enfatiza la UGP.

 

Las NN.UU. se ha convertido hoy en un poder no elegido por nadie que pretende decir a la gente, especialmente a los países en desarrollo, cómo tienen que vivir, qué tienen que comer, cómo tienen que hablar, qué deben cultivar, qué pueden comer, o cuáles deben ser sus valores éticos”, afirma.

 

El comunicado agrega que mientras, por una parte, algunos de los organismos de las Naciones Unidas promueven una agricultura o ganadería “sustentable”, por otra, la dictadura burocrática establece que hay que comer menos carne porque “eso es bueno para el mundo”, o cuestiona la biotecnología y la producción de proteínas como la soja.

 

Como parte de esa estructura de poder dictatorial se manipula la ciencia y se divide a quienes por naturaleza deben trabajar en la hipótesis y la verificación entre “creyentes y negadores” de un calentamiento global o de un cambio climático. Se recogen firmas, se acude a figuras mediáticas, a influencers, a opinólogos para establecer tesis que la ciencia, por principio, debería postular, investigar, verificar, revisar, cuestionar y volver a comenzar. Hoy son verdades de una fe cuyos artículos del credo establece un grupo de burócratas desde cómodas oficinas en los países dominantes”, asegura el gremio.

 

El riesgo que hoy se enfrenta no es solo mantener un funcionariado universal que, parapetado en sus oficinas hace sin hacer, diagnostica problemas inexistentes y genera consultorías para decir que la vaca tiene cuatro patas. El riesgo es más grande, ya que, para desarrollar esta nueva religión universal cuentan con el poder de grandes sumas de dinero que aportan los países, sin darse cuenta de que están dando de comer al monstruo que terminará, si se le permite, imponiendo su hegemonía”, resalta.

 

Es hora de que NN.UU. explique claramente hacia dónde van muchos de sus organismos. Que aclare por qué mientras unos promueven la producción sustentable siempre en los países de la periferia y cierran los ojos hacia los grandes, otros atacan y denigran los resultados de esa producción”, concluye el comunicado.